Monólogo: el mercadillo del pueblo.
Publicado el 30 enero 2015 por Espe85EL MERCADILLO DEL PUEBLO
Pocas cosas hay más entretenidas que un mercadillo de pueblo…Para quien no sepa que es eso, un mercadillo de pueblo no es más que un mercado ambulante que se desarrolla un día a la semana en el pueblo y en él lo mismo encuentras una coliflor para la cena, como una tela para las cortinas del dormitorio nuevo…Vamos, que es de lo más práctico. Además de todo esto, no podemos olvidar la función social que un mercadillo cumple en un pueblo, y no porque sea un lugar de encuentro semanal de los vecinos, sino más bien es el lugar donde cargar la artillería del cotilleo para una semana y donde disparar todas las crónicas de cotilleo cosechadas la semana anterior.
Primero vamos a centrarnos en el concepto de mercadillo como lugar de venta, digamos que es como un centro comercial ambulante, en ellos encuentras desde cualquier cosa que se pueda comer, hasta un felpudo para la puerta, pasando por doscientos puestos de ropa, bolsos, maquillaje y demás historias, vamos que si alguna vez has perdido la cartera…Es posible que la encuentres en uno de estos mercadillos de pueblo…¡¡¡Aaahhh!!! Y esa vecina que no soportas, va a ser lo primero que vas a encontrar. Todo lo que os podáis imaginar que hay en un centro comercial aquí lo hay también… y a mitad de precio. En temas de calidad mejor no nos centramos, lo normal es que la calidad no sea algo del otro mundo pero si algo sale, bueno, bueno, bueno, considéralo como si hubieses echado la lotería y te hubiese tocado, porque eso te toca como la lotería de Navidad…Una vez al año.
Otra cosa muy característica de estos “centros comerciales ambulantes” son las técnicas de marketing que utilizan los vendedores para diferenciar y dar a conocer sus productos. Son técnicas basadas en los siguientes puntos:
-Debe bocearse como si no hubiese un mañana…Así como si lo tuvieran que oír en todo el pueblo y en parte del pueblo de al lado.
-Los slogans publicitarios deben ser lo más vulgares que sea posible y a poder ser un poquito picarones.
-Siempre, siempre, siempre, te lo quitan de las manos.
-Las mujeres que acuden al mercadillo no son mujeres, ni señoras, ni señoritas, son “reinas”.
Si juntas todo esto en un radio de 500 metros los niveles de contaminación acústica pueden ser muy preocupantes.
A esos mercadillos no solo se va a comprar, el motivo principal por el cual acudir a ellos es “informarse” de la vida social del pueblo, porque te encuentras con unas y otras, y muy mal se te tiene que dar para ese día no volver a casa del mercadillo con dos lechugas, un pijama y par de buenos cotilleos, de esos que te dan para hablar de ellos con todas las vecinas durante al menos quince días.
Otra cosa que me llama mucho la atención de estos mercadillos es que hay señoras que las ves que van, semana tras semana, con un carro de la compra de esos de cuadros escoceses, y cuando les preguntas que a porque han ido al mercadillo, que esas cosas en los pueblos se preguntan, aunque solo sea por mero interés informativo, siempre te contestan: He venido a ver se veía algo pero no vi nada…Y así semana tras semana...Vamos a ver, o es que están reconociendo abiertamente que solo van a cotillear o es que les da vergüenza admitir que se surten del mercadillo, y lo mejor de todo esto es que la respuesta es como la de los exámenes tipo test…Las dos respuestas anteriores son correctas. Es decir, evidentemente no voy a poner en duda que vayan a cotillear, porque los ojos como platos observándolo todo y el radar auditivo puesto a punto, las delata aunque lo quieran negar. Pero muchas de estas señoras, muy dignas ellas, jamás reconocen que compran en un mercadillo, porque eso es de mal gusto y ordinarias…Lo bueno, es que luego las verás con esos mismos pantalones que tú te habías comprado en el mercadillo, pero ya se les ocurrirá alguna excusa, de lo mas ingeniosa y de lo menos creíble, para intentarte hacer creer que aunque se parezcan tanto que sean idénticos, no tienen nada que ver con los que tú te has comprado en el mercadillo.
En fin, qué duda cabe, que un mercadillo da ese toque de alegría semanal al pueblo, aunque se convierta en un foco de cotillero e hipocresía, pero siendo sinceros eso iba a pasar de todas formar, sino en un mercadillo en otro lugar, porque el mercadillo no es la raíz del problema, sino más bien una excusa para desarrollar la imaginación colectiva de los rumores de un pueblo. No creo que eso se haga a mal, en la tranquila vida de un pueblo hay mucho tiempo libre y en algo hay que gastarlo. Lo cierto es que todos y sobre todo, todas, alguna vez, más o menos a menudo, disfrutamos de una agradable mañana de mercadillo reencontrándote con gente que hace tiempo que no ves, enterándote de cosas que la mayor parte no son verdad y sintiéndote de alguna manera participe de la cálida vida vecinal de un pueblo…Eso sin olvidar lo contenta que te vas a ir por esa ganga que has encontrado… rebuscado en el primer montón de camisetas a 1 euro que has visto.
P.D.: Si te gusta la lectura puedes leernos también en: http://www.puntorojolibros.com/todas/Ironias-de-la-vida.htm