Centenaria sombra donde la pluma halló descanso.En forzada desnudez sólo fuiste sombra hoy,sombra fúnebre,inmensa y triste, esmeralda de luto teñida.
Dos cirios encendidoso dos lágrimas ardientesquedaron temblando en la mejilla de la tierra,ardiente y dolido llanto.
Un aullido amargo de silencio
velaba el montebajo una luna sin lobos ni duendes,bajo una luna sin nidos ni luciérnagas,bajo una pálida luna de hollín nublada.
Hoy los caminos,
impotentes brazos abatidos,circundan un negrura incomprensible.
Arrancad esta abrasadora noche de mi pielgrita Gaia desolada.
Arrancad la noche que me hiere, ingratos hijos,porque sólo en mi cuerpo veréis el día.