Que la razón no me acompañe más,
dice mi compañero, y lo acompaño
porque amo, como nadie, el extravío.
Vuelve mi compañero a la razón
y acompaño otra vez al compañero
porque sin la razón no sobrevivo.
Pablo NerudaLas manos del día, 1968.
Que la razón no me acompañe más,
dice mi compañero, y lo acompaño
porque amo, como nadie, el extravío.
Vuelve mi compañero a la razón
y acompaño otra vez al compañero
porque sin la razón no sobrevivo.