¿Motivación o motivo?

Nos encontramos en un momento particular a nivel laboral. Por un lado, tasas de desempleo desorbitado, clima laboral complicado en muchas empresas por la pérdida de competitividad, por otro, un movimiento cada vez mayor de apoyo al emprendimiento como solución a los problemas de paro. Esto hace que cada vez más españoles se planteen emprender como solución.

El problema es que en muchos casos, su argumentación de porqué emprenden está centrada en su situación de paro, el clima laboral en las empresas en las que trabajan, no querer depender de ningún jefe o poder tener un horario flexible. Estas y otras muchas otras justificaciones que, aunque pueden ser motivos más que razonables, nunca son motivaciones intrínsecas y generalmente llevan a fracasar en el intento.

Un motivo puede convertirse en una palanca de cambio, en el detonante que te ponga en acción para el cambio, pero el verdadero motor de cualquier emprendedor debe ser tener una motivación real por iniciar el nuevo camino.

Como indica Ferrán Soriano en “El libro negro del emprendedor” de Fernando Trías de Bes:

Sólo hay un rasgo que caracteriza al emprendedor verdadero, que es la voluntad y la ilusión. El que lo hace por otros motivos, al no ser una motivación autentica, encontrará en el camino retos descomunales que no podrá superar.

Si tener una motivación real es muy importarte para cualquier persona que quiera poner en marcha una iniciativa empresarial, en el caso de que no tengas cultura emprendedora se vuelve vital.

Creo que hay una faceta personal que permite a cualquier persona, aunque no tenga  cultura  emprendedora, a triunfar en casi cualquier aventura empresarial. Se trata de la capacidad de sobreponerse a las dificultades, de ser tenaz, de afrontar reveses. Hoy en día se ha puesto de moda llamarlo Resiliencia.

Lo del nombre es lo de menos, lo que tengo claro es que, si no existe una motivación, un propósito, una pasión detrás del proyecto que quieres desarrollar difícilmente tendrás ese espíritu luchador que te permita levantarte cada vez que te caigas y aprender de los errores hasta llegar a tu objetivo final.