Revista Diario

Motivos del zen

Publicado el 02 febrero 2021 por Isonauta
Motivos del zen
 

El manuscrito encontrado en una libreta que aguardaba el ordenamiento de la biblioteca.

Andábamos por entonces en Bogotá y era un junio de lluvias en el Trópico. Dice:

Sudamérica era infinita

Las viejas paredes, los idilios

nativos; motivos del zen, que

trepaban a la fotografía por la

elevada curva de la encina/ ceiba

Pero el recodo de una ciudad

provinciana, donde el contraluz,

la sombra, el marco de ventanas

ayudaban a escribir al pasante

Fuimos al Museo Nacional

Me interesaron los tatuajes

y los pájaros. Alguien se tatuaba

cintas cronológicas e historias

de la historia: una rana macho sobre

otra rana macho; una galería

de presidentes; de sujetos concentrados

en la fuerza del músculo; navegantes

en el río (el río profundo perforaba

las sombras); biombos; cantos;

ámbitos. Urinarios del primer mundo

enclavados en el Sur-América;

Orinoco ruboroso.

Recorrimos la capital perseguidos

por el capital. La capilla

localizada en el entrecruce de

avenidas que trepaban: capullos,

arrullos líquidos; lluvias que venían

y a/bordaban otras lluvias. La tópica

brisa sobre la hierba de los territorios

coloniales. Y muros.

Rápido tránsito allá abajo en Avenida

Bolívar con su boulevard y sus anuncios 

recortados S O M B R E R interminable.

Saliendo del Museo Nacional cae

una llovizna fresca. La calle que

sube nos detiene; la calle que

baja es su mismo río enervante

e inmanente. La cal, la viga,

la puerta cerrada. La estación

del metro. El paraguas es un

pájaro.

La hora del atardecer. Vuelven los

hombres. Kantianos apresando en los

puños papeles tiempo razón. ¿Leyó

Ud. en adolescencia a Octavio Smith?

¡Y ya no hay cines! Ud. se dormía

en los cines: apocalipsis, noches, óperas.

Ud. que dormía exclusivamente

             en los cines.

Nos disolvíamos en la garúa.

La noche había caído como una viga

de maderas antiguas. Nos observaban

los árboles del parque. Plática

y conversa y charla.

El Salmo entre los dientes.

Vos que me mandaste a sombra

y sombra, dios aéreo que come

y roe continentes: tierra

Pero vendió un cuadro:

peonías; disciplinas. Llovizna.

La pista penetrando el Parque

Nacional. El párpado del mono

es el mundo. Órganos de la 

pintura bajo la mirada.

Corre la mujer a dispararse

en la sien. Fronteras tristes;

aduanas perfumadas por la lluvia;

sarro del zinc. Órganos

de la narración. Valles latinoame-

    ricanos vistos desde el avión.

Rumor de tráfico a través del

vidrio.


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