Hace ya unos días que Mónica me enseñó su receta de Mouse de fresa y, como no tome cuatro apuntes, otro día no lo recordaré, así que allí voy.
Para mi lo más parecido que he hecho es un pastel de esos que vienen varios sobres en una caja y vas preparando y poniendo según las instrucciones: abajo galleta, luego la mouse o queso y por último la gelatina. Pero según me explicó primero pone la gelatina, luego la mouse y desmoldeará como si se tratara de un flan.
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Para hacer la gelatina lo primero fue poner un bol con fresas y unas cuchadadas de azúcar tres minutos en el microondas y dejar unas láminas de gelatina a ablandar en agua (si no recuerdo mal utilizó 3). Una vez que las fresas han sacado el jugo las pasamos por el colador y las mezclamos con las láminas de gelatina. Una vez disueltas lo ponemos en el recipiente donde lo vamos a preparar y lo llevamos a la nevera.
Para la mouse volvemos a poner fresas en el microondas (lo hicimos sin azúcar, pero eran muy ácidas y se la tuvimos que añadir más tarde) y cuatro láminas de gelatina a ablandar. El jugo lo utilizamos para deshacer la gelatina y el resto lo trituramos muy fino para añadírselo a la mouse y así darle un poco más de color.
Montamos medio kilo de nata con azúcar, aunque no la utilizamos toda. Montamos la clara de dos huevos. Mezclamos con cuidado todos los ingredientes y lo ponemos sobre la gelatina, que ya ha solidificado. Y de nuevo a la nevera.
Lo tuvo todo el día en la nevera y al día siguiente la desmoldó y decoró con algunas fresas caramelizadas, pero eso me lo perdí, casi mejor, si no quizá no hubiera llegado entera a la cumpleañera. Tengo que probarlo algún día, aunque seguramente con melocotón, sola nunca me hubiera animado pero ver a Mónica hacerlo me hace pensar que yo también puedo.
Ella es de Mexico, y yo sé que tengo muchas visitas desde ese maravilloso lugar, así que les envío un saludo, porque un trozo de mouse no puede ser.