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Mucha sangre, poca fe

Publicado el 15 julio 2013 por Alfredo Eduardo López Liñares @BackInMadrid
Mucha sangre, poca fe
     ¿Por que después de siglos y milenios de evolución la raza humana sigue cometiendo los mismos errores ?...la respuesta es absolutamente simple: en realidad el ser humano es tan antiguo en el mundo como la propia edad de cada persona.
Qué quiere decir esto? Que los miles de años, millones de páginas escritas, cientos y cientos de descubrimientos realizados a lo largo de la historia no nacen con cada uno de nosotros. Somos una hoja en blanco al nacer. Claro que la parte más gruesa de esta sabiduría acumulada es trasmitida a los niños durante su educación. Cada individuo no debe descubrir el fuego e inventar la rueda, nacemos en una sociedad que tecnológicamente crece año tras año y los niños del siglo XXI aprenden a manejar el i-Pod desde la cuna.
Pero que ocurre con las cosas que no son tan palpables como un teléfono móvil o un ordenador? Las menos tangibles, las mas espirituales o si se quiere subjetivas. Esas cuestiones se desarrollan prácticamente desde cero en cada persona, casi al mismo nivel que en los comienzos de la humanidad. Quiénes somos? De dónde venimos? Cuál es el propósito de nuestra existencia? Todas esas preguntas, en mayor o menor medida, pasan por nuestras cabezas en algún momento de la vida. Y allí es donde las religiones encuentran su cornucopia de fieles.Mucha sangre, poca fe Todas ellas cuentan con un inagotable surtido de respuestas a estas preguntas. Cuidadosamente formuladas a lo largo de los años, respuestas salidas de la mente de los hombres de antaño que se hicieron estas mismas preguntas. Muchos con imaginación muy prolífica otros bajo los efectos de drogas, estupefacientes o alcohol fueron trazando las líneas fundamentales de las creencias que perduran hasta hoy. Misteriosamente, desde la invención de las cámaras fotográficas y de video ya no hay ángeles que bajen a hablar con profetas, nadie camina sobre el agua, ningún anciano divide las aguas del mar con su bastón, la gente ya no suele resucitar y por más tecnología que utilicemos no conseguiremos convertir agua en vino. Por supuesto que sigue habiendo mentirosos y tramposos que intentan engañar a los incautos con milagros modernos, pero ya no logran el impacto de épocas remotas y en el peor de los casos estos timos se sostienen solo durante unos pocos años.
Habitualmente una persona nace dentro de una pequeña comunidad denominada familia, con sus dioses, creencias y religiones, absorbe lo que le enseñen sus mayores y practica un culto. Luego al ser mayor decide si continuar profesando dicha fe, pero si quiere cambiar o renegar de la misma vuelve a cero, a la edad de piedra teológica. Tendrá que seguir su propia intuición, crear una fe personalizada o dejarse seducir por algún credo ya establecido. Más de lo mismo.Mucha sangre, poca fe
No hago ningún descubrimiento si subrayo la estrecha relación entre la religión y el poder. De hecho, no hay poderoso que pueda mantenerse alejado de las creencias masivas. No existen grandes líderes ateos y esto es porque las masas son mejor conducidas cuando temen, cuando la promesa de un reino superior y el temor a un castigo eterno condiciona sus decisiones.
Lo que sí es seguro es que los adalides de la humanidad, ataviados con caros ropajes, rodeados de oro, riquezas y ornados con cruces cristianas, estrellas de David, medias lunas árabes, figuras budistas, biblias, coranes, talmudes o cualquier otro tipo de símbolo religioso no creen jamás en dios, porque saben bien que ellos mismos son dios. Estos poderosos gobernantes saben perfectamente que aunque esa multitud obnubilada sobre la que caminan se descarne las rodillas rezando, serán solamente ellos los que decidan su suerte.

Hipocresía, ignorancia, miedo, incertidumbre. Eso lleva al hombre a creer en lo increíble. Eso le conduce a buscar explicaciones sobrenaturales a hechos que su mente no entiende, eso le lleva también a vivir de rodillas ante todo lo que brille más allá de su corto entendimiento.
Mucha sangre, poca fe
Si le pides a un hombre que se vuele en pedazos contra un edificio para lograr que una empresa quiebre o que un gobierno pueda controlar más petróleo que otro seguramente no tendrás éxito. Pero si le enseñas de pequeño que la muerte es un estado natural y que después de morir te espera un increíble paraíso desbordante de riquezas, mujeres ávidas de sexo y gloria eterna, quizás este hombre comience a escucharte. Y si además te aseguras de que viva y crezca en la más absoluta pobreza, ignorancia y aislamiento habrás creado un terrorista suicida, listo para hacer lo que le digas y deseoso de inmolarse para entrar en el olimpo, en nombre de un dios en el que realmente cree, aunque solo estará dando su vida al servicio de una causa tan terrenal como él mismo.
Tampoco estaré haciendo ninguna revelación si menciono la atroz y monumental corrupción de la iglesia católica. Cerdos pútridos vestidos de púrpura bendiciendo armas, drogas o lo que el poder de turno les ordene. Oscuros caballeros cruzados persiguiendo a los herejes y quemándolos en hogueras. Herejes aquellos que no deseaban someterse, blasfemos esos que osaban dudar de que un seboso cardenal era un escalón previo al mismo creador de la humanidad…Millones de seres humanos sacrificados, ríos de sangre en nombre de un dios modelado a conveniencia de la más repugnante ansia de hegemonía y dominio.
Mucha sangre, poca fe
Y no es que esto pase solo en algunas religiones. Todas exigen o exigieron alguna vez que se derrame sangre para alimentar las voraces fauces de un dios nacido del hombre. De una enorme mentira que la mayoría decide creer y que el resto teme poner en duda.
El mejor argumento de los creyentes siempre fue mostrar la complejidad de nuestro universo y decir “…sin duda que todo esto tiene que obra de DIOS”. Sin embargo no pueden responder tan claramente si les preguntas "por qué nos creó" o "que estaba haciendo dios antes de crear el universo"… ya hay una retórica establecida por casi todos, que es decir “los caminos del señor son insondables, el hombre no alcanza a comprender tanta sabiduría”. Pura mierda. Es solo una forma de decir “no tenemos ni la más puta idea.”
Considerando el hecho de que la mitad de la población mundial (cerca de 3.000 millones de personas) viven con menos de 2 euros al día, me cuesta tragarme que hay realmente un dios allí arriba. Un creyente me dijo una vez “que esto pasaba porque una vez traicionamos a dios, entonces nos dejo liberados a nuestro destino”. Liberados? Medio mundo muriéndose de hambre porque alguien traicionó a dios hace miles de años? Realmente la humanidad desea creer en un ser tan rabiosamente vengativo?

Me he cansado de oír gente que agradece a dios por tener trabajo o casa. Realmente son tan ignorantes como para tragarse que dios se ocupa de sus finanzas personales mientras los judíos despedazan niños en Gaza para proteger su avariciosa economía?Mucha sangre, poca fe Que un ser tan poderoso y superior hace que no te enfermes mientras en África mueren personas como moscas de HIV, cólera, malaria, fiebre amarilla, desnutrición…?
Todos somos libres de creer lo que queramos, cada uno puede decidir donde depositar su fe. Solo debemos intentar que no utilicen esa fe para atarnos, usarnos y dominarnos. Disfrutemos de nuestros años en la tierra que de momento son lo real, lo que tenemos. Si después de la muerte no hay nada más habremos vivido plenamente. Y si nos espera un tribunal celestial para juzgar nuestros actos, de seguro que somos inimputables ya que no hay manera humana de saber qué hacer.
Si realmente dios se ocupa de que yo tenga pan en mi mesa y que no me enferme, entonces me cago profusamente sobre él y su reino. Que vaya a ocuparse de cosas serias mientras yo ya veré que como mañana.
De lo que estoy absolutamente convencido es que si en algún lugar del universo existe un ser todopoderoso responsable de nuestra existencia, ese ser seguramente es ateo.
Mucha sangre, poca fe

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