Si estás mal, llora, grita, desahógate, y vuelve a llorar si hace falta, que no te de miedo al hacerlo... No digas que no antes de saber a lo que enfrentas, porque puedes perder oportunidades que valen la pena. Al final en la vida muchas cosas valen la pena, incluso las personas crueles, si no, ¿De quién aprenderíamos a ser fuertes?; lo más insignificante puede tener su valor, la vida, en sí, ya es un don, así que piensa que esta vida está hecha para vivirla, y si puedes, disfrútala.
Corre, salta alto, ríe mientras lo haces, cáete y vuelve a saltar para esquivar esos jodidos obstáculos,
o si quieres no los esquives, pero sé feliz con tu vida.