Es que no entiendo qué quiere mi alma de mi, no entiendo a dónde me lleva o porqué siente lo que siente. Es tan simple como sobrevivir, pero mi interior sigue gritando. Algo le falta. ¿Qué le falta? ¿Por qué anda con tantas ganas de acumular experiencias? Experiencias inmediatas. Probar todo ya y ahora. Hacer todo sin importar nada.
La vida se trata de acumular experiencias, pero cada cosa va llegando a su tiempo. ¿Porqué apresurarnos? Tenemos poco tiempo. No hay que apresurarse o habremos usado toda la vida en planear el día siguiente.
Pero hay algo que me falta y no es tiempo. Siento este vacío que a veces suele venir de la lluvia y otras del silencio. Pero creo que solo es este miedo interno que me carcome, que va derrumbando todo a su paso. El miedo a soñar demasiado alto, a no poder hacerlo después, a terminar atrapada para siempre en una vida que deteste y a no poder salir jamás de esta ciudad. Es un miedo vano pero que inconscientemente me va apurando las agujas negras sobre los números, distrayéndome, asustándome, metiéndome presiones inexistentes. El miedo es mi jaula personal.
Trato de no dejarlo entrar pero me persigue en sueños, se aparece en los insomnios, repite canciones en mi cabeza. Debo ser fuerte. Debo seguir caminando. Estoy decidida, estoy tras un sueño que requiere ciertos sacrificios que tendré que superar. Estoy viviendo. Y las experiencias vendrán, vaya a buscarlas o me quede acá, siempre que las deje entrar. Y aunque el miedo siga siendo un invitado en este lugar, algún día se mudará.