Una cátedra lleva su nombre en la Universidad Veracruzana. Nuestro más airoso novelista, gloria de las letras nacionales, ganó todos los premios, menos el Premio Nobel de Literatura, pues su obra, aunque prolífica, es bastante irregular (¡hasta fue acusado de plagio por Diana o la cazadora solitaria!). La revista Nexos le dio entrada después del escandaloso ensayo de Enrique Krauze, La comedia mexicana de Carlos Fuentes, publicado originalmente en The Nation y luego en Vuelta. Ante la impertinencia de los periodistas, Krauze dijo que no era el momento de hablar del asunto, que él también había querido a Carlos Fuentes. Y es verdad, pues Héctor Aguilar Camín le dijo a Ciro Gómez Leyva (Radio Fórmula) que "Fuentes te hacía sentir como si fueras igual a él, era un extraordinario amigo". El cuerpo fue velado en la casa de San Angel, la misma donde Joaquín López-Dóriga obtuvo la famosa declaración Echeverría o el fascismo, y recibirá el homenaje de sus lectores en el Palacio de Bellas Artes. "Te vas a morir de hambre" le dijo su padre cuando supo que sería escritor. Aprovechó su paso por la Secretaría de Relaciones Exteriores para salir al mundo: dominó varias lenguas y es autor de una novela mayor: Terranostra. Puso en su lugar al Licenciado Copetes, que puede o no leer a Fuentes, pero que no merece ser Presidente de México por ignorante. Lo mismo para el resto de los candidatos, cuya mediocridad sólo se compara con la profundidad de los problemas del país. La mayoría de los mexicanos sólo han leído Aura, porque es obligatorio en la secundaria. Mentor en varias universidades extranjeras, Carlos Fuentes murió en el día del maestro. En contraste, otros personajes gozan de cabal salud (Elba Esther Gordillo) y han acumulado tanto poder que se le pueden poner al tú por tú al Presidente Calderón. Carlos Fuentes tuvo una vida larga, una vida exitosa, y una muerte rápida. ¿Qué más se puede pedir?. Andando el tiempo, creo que será recordado como el Balzac mexicano. Si Daniel Sada, Fernando del Paso o Vicente Leñero tienen una obra superior, Fuentes supo venderla como ninguno de ellos: Carlos Fuentes murió mientras investigaba para El baile del Centenario, escribía para el periódico Reforma y se publicaba una entrevista en el diario El País. Xavier Velasco (@XavierVelasc0) no duda en reconocer la influencia del gran maestro: El mejor novelista mexicano del siglo XX.
En toda su obra, Fuentes recogió el nombre de Coatzacoalcos, en particular, llegó a desarrollar una parte de La cabeza de la hidra en esta su ciudad imaginada (una persecución que inicia en el hotel del centro, pasa por las reses del mercado y llega hasta las instalaciones portuarias).La muerte de Carlos Fuentes - El chileno Arturo Fontaine, alumno de Carlos Fuentes en Columbia University, hace el panegírico del maestro y del amigo. Creo que es el primero en comparar a Carlos Fuentes con Artemio Cruz, lo menos, ambos personajes tuvieron una muerte intestinal (aunque la agonía del escritor fue breve). Recupera para nosotros la opinión de Anthony Burgess sobre La cabeza de la hidra: "Quizás la verdadera distinción de la novela resida en haber descartado para siempre las posibilidades del thriller de espías como una forma seria". (New York Times, enero de 1979). Fontaine no menosprecia lo último de Fuentes, en particular los cuentos de Inquieta compañía y la novela La voluntad y la fortuna. (Arturo Fontaine, Ha muerto Carlos Fuentes, Letras Libres, junio 2012).