Mujer bala
Todo el mundo sabía que era una mujer bala, cargada de amor y pasión. Emanaba esa energía positiva que llenaba los espacios por donde se movía. Sus sonrisas, caricias, movimientos y dulces palabras, pronunciadas melodiosamente, entraban en los corazones de aquellos que se cruzaban con ella. El problema es que algunos la querían poseer y retener. A veces se percataba, alejándose con la velocidad que le daba su condición, dejando en la lejanía a aquel que lo intentaba. Le costaba entonces recuperarse. Se quedaba allí un rato mirando, por si el pobre había muerto desangrado.
Torcuato González Toval