“La propuesta se basa en el hecho de que las mujeres africanas, a lo largo de los años, han asumido un papel fundamental en la vida cotidiana en África. Estas mujeres son líderes en las diversas facetas de la vida que van desde las tareas domésticas a las actividades sociales y políticas. Las mujeres africanas son activas en la gestión de las actividades económicas: existen miles de cooperativas de mujeres ocupadas en el comercio agrícola y las actividades educativas.
También están decididamente comprometidas en las actividades de asistencia sanitaria, así como información para dar a conocer el virus VIH y la malaria en sus aldeas. Ellas están firmemente comprometidas con el establecimiento de la paz –a pesar de estar expuestas discriminación incesante y violaciónes de los derechos humanos– a través de un claro compromiso político a menudo no reconocido.
Un futuro más brillante para el continente africano se encuentra en gran medida en manos de sus mujeres”.