Muladhara chakra, Antares, testeos brillantes

Publicado el 29 agosto 2015 por Ptolomeo1

De mula, raíz y dhara, soporte, el chakra sacro cuyo nombre sánscrito es Muladhara está situado en el perineo, lugar exacto donde se asienta el cuerpo al sentarse en posición de loto o Padmasana. Allí se encuentra la base de la columna vertebral,  centro físico de este vórtice de cuatro pétalos llamado “el ancla del espíritu”.

Asociado al color amarillo, Muladhara se corresponde con el elemento Tierra y la Luna; al decir de Don Juan Matus a este chakra dormido se vinculan los enemigos del hombre de conocimiento llamados miedo y claridad, a los que somos afectos cuando nos dejamos vencer por la pereza y la curiosidad. Cuatro es el número de Muladhara, el cuaternario al que los pitagóricos denominaban Tetracto, aquel que concentra la fuerza de la justicia porque cuatro son las leyes: ley de la Providencia que proviene de Dios, ley del destino originada en el alma del mundo, ley de la naturaleza basada en el cielo y ley de la prudencia, que debiera emanar del hombre.

Para la Cábala, Muladhara se corresponde con la novena esfera, Yesod, simbolizada con dos conjuntos complejos que aparentemente resultan inconexos, sólo a primera vista: un hombre bello, fuerte y desnudo indicando el cimiento del Universo y la Luna en continuo estado de fluidez. Yesod es la sephirah que representa la maquinaria del Universo: si la Tierra es un gran barco en estado de navegación, Yessod es la sala de máquinas, el anclaje que lo mantiene firme.

Muladhara es el chakra primario, aquel donde residen todos nuestros complejos, culpas y automatismos, las raíces básicas de nuestra existencia. Asiento de Kundalini, la sabiduría serpentina que debemos despertar para acceder a la evolución, el trabajo con este primer chakra apunta a vencer las barreras edificadas por el egocentrismo, la ignorancia y los apegos como un primer paso hacia el desarrollo espiritual.

Antares
Antares es una empresa originaria de la ciudad que desde el año 1998 se ha consolidado como pionera en la elaboración de cervezas artesanales. Más allá de las clásicas dorada, negra y roja, Antares se caracteriza por sabores intensos y diversos debido a las técnicas artesanales empleadas en su producción.

Desde la básica Kölsch dorada hasta la Imperial Stout negra, la Porter penetrante y oscura con un dejo a chocolate y café o la Honey dulce y frutal sólo como ejemplos de diversidad, los locales de Antares diseminados por la ciudad y el país se caracterizan por la buena comida y las reuniones de amigos que departen alegremente, mientras prueban alguna de las creaciones cerveceras.

Nosotros incursionamos en Antares una noche de mediados de semana en compañía de Gisella y Mauricio conjuntamente con Marcela, en uno de los últimos momentos compartidos antes de la partida de nuestros amigos. Una picada suculenta, algunas cervezas y muchas risas fueron el preludio de nuestros próximos encuentros aquí o en cualquier otro lugar del mundo: no hay tiempo ni distancia entre nosotros, sólo un intervalo hasta que volvamos a disfrutar de nuestra mutua compañía.

Testeos brillantes

Kiko Milano es una marca de cosméticos cuya casa central se encuentra en Milán, Italia. Se caracteriza por una amplia gama de productos de belleza elaborados con patrones de calidad y precios competitivos, que determinaron su inserción masiva en el mercado europeo desde su lanzamiento en el año 1997.

Cada temporada Kiko hace gala de un desborde imaginativo para vestir cosméticos y cremas de tratamiento con colores y diseños alusivos. Así, durante la época navideña la marca se focalizó en dorados brillantes y rojos espléndidos, emulando de esta manera una mesa europea adormada con los colores típicos del invierno boreal.

Al haber visitado España a fines del pasado mes de noviembre tuve oportunidad de adquirir algunos obsequios propios y ajenos revestidos de pompas navideñas; en este caso, rimmel con delineador incorporado y lápiz de ojos, todos negros como corresponde a las noches invernales. Y como corolario, la amable vendedora me regaló un doradísimo tarjetero, tan deslumbrante en sus destellos como distinguido en su presentación.