Uno con él, uno con ellas, otro con vosotros… Imposible ser uno solo. Multiplicidad de yos, girando en torno a mí misma, a nosotros mismos.
Sin contradecirme un ápice...
Yo sé lo que me digo… y a todos mis yos entiendo. Por eso, siempre acabo como los gatos, cayendo sobre mis cuatro patas desde
cualquier tejado, pero arraigada a mi propio yo, dual y primitivo.
El que conoció hambre, exilios, y desatinos, desencuentros,
hachazos y zarpazos, ninguneos de toda índole, pero que pese a todo se aferra a la vida,
y a la esperanza cuando la perfuman corolas de poeta´s , a esos instantes hay que agarrarse con uñas y dientes, para fortalecer más si cabe esos múltiples de yos.