Música, por favor

Publicado el 15 junio 2016 por José Ángel Ordiz @jaordiz

Ante el hastío de lo que nuevamente es necesario por necedades políticas -discursos y enfrentamientos repetidos, promesas vanas y cantinelas mil-, me refugiaré, hoy, ahora, en la música, donde residen las noblezas y, por ello, no caben los fingimientos.

-¡Blanca!

-¡Que te den!

Qué mujer.

-¡Irina!

¿Sorda la rubia ucraniana políglota?

-¡Rogelio!

¿Sordo el invidente a tiempo parcial?

-¡Irina en el colegio para ricos, señor José, y Rogelio ciego perdido!

-¡Ven tú y pon música, por favor!

-¡Voy!

-El Banderas sirve para todo, mi querido estudiante de Bellas Artes.

-Hasta para lo que no sirve.

Cuánto aprende de mí este chaval, y qué bien le sientan las sesiones con la modelo que le pago desde hace unos días.

-Necesito más música, muchacho.

-Todo un poeta el Sabina, ¿no te parece?

-Muy triste la letra, señor.

-Vida pura, mi secretario segundo. ¿Vamos con la tercera?

-¿Vida pura o vida de la mía?

-Melancólica.

-Cuando a usted le da por ahí...

-Y qué voy a decirte del Serrat...

-No entiendo el final, señor.

-Por eso no te preocupes, muchacho, tienes muchos años por delante para entender finales así.

-Si usted lo entiende, prefiero no entenderlo yo nunca.

-Amén.