Aunque esta situación no sea nueva, no deja de sorprenderme. Más aún cuando te encuentras cara a cara con ella.
Vivo hace poco más de un año en Berlín, claro está, tengo que aprender alemán para comunicarme, relacionarme, etc. Por eso voy a una escuela de idiomas para aprenderlo. Resulta que en esta escuela hay más personas en mi misma situación que han llegado aquí de diferentes partes del mundo. Esto es genial, porque he conocido compañeros y compañeras de casi todas las culturas y países, Japón, Venezuela, Hungría, Perú, Turquía, Brasil, Francia, China, India, Israel, Australia, Portugal, México, Suecia, del Yemen ...
Resulta que hoy la profesora ha traído un CD con una canción sobre la lección que estamos estudiando. Hasta aquí todo normal, es necesario escuchar como se pronuncian las palabras ya sea en una conversación o en una canción para el correcto aprendizaje del idioma.
- Perdone profesora... mi religión me prohibe escuchar música.
- ¿Como? - hemos murmurado a la vez toda la clase, cada uno en su idioma.
La profesora le ha explicado con mucha sensibilidad que era una tarea más y que si no le estaba permitido escuchar música debía abandonar la clase.
Y esto ha hecho. Recogió sus cosas y se marchó.
No quisiera comenzar otra discusión entre religiones, pienso que cada uno es libre de creer en lo que quiera mientras no influya en la voluntad o actos de los otros. Además esto no es nuevo, también fué prohibida por la Santa Inquisición no sólo la música que no era religiosa sino también fué controlada la composición. Se prohibió el intervalo de cuarta aumentada, también llamado Diabulus in Musica (‘el diablo en la música’). La Iglesia sostenía la idea de que el Diablo se colaba en la música a través de este intervalo. Se consideraba un intervalo prohibido que había que evitar a toda costa.
Esta situación me ha hecho imaginarme como sería el mundo sin música y realmente como puede vivir un humano sin disfrutar del placer que se siente cuando la escuchas, tocas, compones, bailas, hasta está demostrado que la música sana!
Que infierno de existencia, vivir con tanto miedo encima...