Revista Talentos
No me escondo nunca de nada y, aunque logra siempre gobernarme, continuaré actuando altaneramente. Si ella puede seguir la partitura, yo llevaré la batuta tocando con todos mis instrumentos: la boca, las manos y la cabeza bien alta para continuar recibiendo orgullosamente todas las distinciones; eso sí, en su honor.