Por lo general no me gusta repetir temas, pero es que en esta ocasión fueron tan sorprendentemente bien las cosas que no puedo dejar pasar la oportunidad, además así complazco a los que me critican con que sólo pongo cosas negativas de México.
En sí no voy a repetirme de uno sino una combinación de dos temas, el de mi arbolito, y el de servicios primarios. Resulta que en este pasado invierno, tuvimos en febrero un día que nos hizo un frío de los de verdad, de 5 grados bajo cero, donde en el día la máxima fue de 1 bajo cero. Yo se que a alguno le dará risa, pero para nosotros eso es un huevo de frío, además, si tenemos en cuenta que unos días antes habíamos estado a unos 20 a 25 gradetes, y que diez días después ya andábamos otra vez a 30, como que el cuerpo se descompensa y te titas del frío. Pero en esta ocasión quienes también lo resintieron fueron los árboles que no son autóctonos de la región, como es el caso del que el mexiñol tiene plantado enfrente de casa, que el calor lo resisten bien, pero el frío no.
El caso es que el árbol se quemó por la helada, y en un par de días sus verdes hojas se tornaron marrones y empezó a tirarlas. El coche aparecía tapizado de hojas cada mañana, y por mas que barría la banqueta, en 10 minutos estaba todo lleno de hojas otra vez.
En esta ocasión no eran cuatro ramicas como la anterior, así que si no quería terminar con los piños desperdigados por la calle, no me podía yo andar poniendo a podar el árbol, tuve que mandar hacerlo a alguien que si sepa. Y claro, sabiendo la coyuntura, los jardineros no tardaron en recorrerse las casas ofreciendo sus servicios de poda. No conviene aceptar al primer saltacharcos que llegue, porque te va a cobrar lo que le de la gana, el primero que llegó me pedía 500 pesos (unos 30€) y se me hizo una burrada por un trabajo de unas horas. A los pocos días (sábado) llegó otro tío que me pedía 200 pesos (12€), que hasta barato me parecía (yo estimaba pagar entre 250 y 300). Acordé con él que vendría el lunes siguiente, porque ese día iba a celebrar una tradicional carne asada en mi casa con un par de invitados, y no me parecía muy estético tener tol ramerío (de ramas, no de rameras)enfrente de casa.
El lunes el tío ni se presentó, llegó el martes en la mañanica diciéndome que se había puesto enfermo (yo creo que se enfermó de resaca pero bueno), así que empezaba ese día. Me fui a currar esperando que para el mediodía hubiera terminado, pero cuando llegué a comer, apenas llevaba medio árbol; ahora que lo que mas me preocupó es que el tío no estaba por ahí. Un rato mas tarde y antes de que me fuera a currar otra vez, llegó; me dijo que es que se andaba tomando unos descansos porque andaba con alergia (joeté, un jardinero con alergia sería como un trabajador de pelotillas ombligueras sin pelotillas… o sin ombligo). A eso de las 6 que llegué a casa, justo estaba terminando; colocó lo mejor que pudo todas las ramas en la acera, pero aún así ocupaba parte de la calle, por lo que no pude dejar el coche en la puerta, lo tuve que dejar a la vuelta. Una vez que terminó de acomodar todas las ramas lo mejor que se podía, le pagué sus 200 pesos y se fue.
El siguiente paso es como deshacerse de las ramas, porque el jardinero no se las lleva. Esta parte es fácil, simplemente hace falta llamar al ayuntamiento, a un teléfono que tiene de servicios primarios para que se lleven los residuos grandes que el camión de la basura típicamente no se llevará (como por ejemplo, un montón de ramas).
El mismo miércoles en la mañana llamé para solicitar el servicio de recogida de ramas. Cuando descolgaron el teléfono, una agradable voz femenina me contestó directamente; nada de maquinitas con musiquitas tocapelotas, voces grabadas, ni gaitas de esas, - En que puedo ayudarle, señor-, me dijo. Le comente que necesitaba que pasen a recoger las ramas de mi árbol que acababa de mandar podar. La chica me pidió mi nombre, - Santy Mexiñol Gachupín, con equis y con eñe -, le dije, ella respondió con un seco - Perrrmítame un segundo- . "Ya valió madres"; pensé para mi, ahora me va a pasar a otra extensión y luego a otra ext... interrumpió mis pensamientos la chica y me dijo con su misma agradable voz -usted vive en la colonia tal ¿verdad?-. ¡Coño! como lo supo si yo sólo le di mi nombre, – efectivamente - le respondí. -Muy bien señor, apunte el número de reporte, es el 123456789, en un lapso no superior a 15 días pasan por su casa a retirar las ramas-. Joder que bien, pensé; hombre, 15 días no es como pa entrar en el jines recors ese, pero si no me van a cobrar por llevárselas (para eso pago impuestos), pues está bien.
El sábado siguiente pensé que mejor sería intentar amontonar un poco mas las ramas y recoger algunas de las hojas que andaban medio sueltas, porque estaban casi hasta mitad de la calle y los vecinos ya empezaban a mirarme con cara de mecagüen tu padre, así que si las dejaba así por 15 día mas, seguro se cagaban en él literalmente.
Y ya puestos en la faena, podé yo mismo otro arbolico que tengo en el patio y que como es de los que se quedan sin hojas en invierno, pensé que sí iba a resistir, pero no. La idea mas que nada era aprovechar para echar las ramas en el mismo montón y que se las lleven los de servicios primarios, así que ahí me tienes haciendo de trapecista sin red, con una pequeña sierra cortando las ramas mas altas que estaban dañadas (casi todas). Parece que los dos arbolicos quedaron bien, ahora sólo falta que se les pase el disgusto y se animen a echar hojas otra vez.
Yo pensé que estos tíos de servicios primarios iban a apurar al máximo los quince días de plazo que me habían dado, o que incluso tendría que volver a llamar para que me presten el servicio, pero cual fue mi sorpresa (entre agradable y desagradable) cuando el domingo, a las 9 la madrugada, oigo que un camión se para enfrente de mi casa y empieza a maniobrar y hacer un montón de escándalo. Me levanté de la cama con la intención de cagarme en las muelas de alguien por andar despertando gente un domingo tan temprano, pero resulta que eran los de servicios primarios que venían a llevarse las ramas, así que los que se cagaron en mis muertos fueron mis vecinos.
Desde un principio yo pensé que simplemente llegarían con un camión, le echarían las ramas adentro y se irían con viento fresco, aunque por la cantidad de ramas tenía que ser un camión algo grandecillo. Sin embargo, me sorprendieron nuevamente al ver que efectivamente traían un camión grande, pero también traían una maquinilla trituradora de ramas, donde iban metiendo las ramas, estas se hacían poco mas que puré, y eran lanzadas a velocidades hiperlumínicas al interior del camión. Todo el trabajo, no les llevó a los tres currelas mas de una hora, y eso que eran un huevo de ramas. Ya estaba yo mentalizado y preparando mis manos para los callos que dejaría la escoba por todo el montón de hojas que iba a tener que barrer, pero cual fue mi sorpresa (ooootra vez) cuando los tíos se pusieron a barrer la calle y me dejaron todo como la patena.
Al final sólo me pidieron que les firmara el reportito que me les habían entregado de que estaba yo de acuerdo con el trabajo. Pero con tol trabajo que hicieron, y eso de que era domingo, como que me dio un poco de noseque que queseyo, así que les solté cincuenta pesicos (unos 3€) para los tres. Me dieron las gracias y se fueron mas contentos que unas castañuelas. Unas dos horas después los vi que salían de la colonia porque se habían hecho algún otro árbol. En fin, que como dije la otra vez, un servicio muy eficiente, ojalá fueran así todas las dependencias de gobierno.