Nacionalismo catalán y español, cosins- germans: La Retroalimentación
Publicado el 10 diciembre 2013 por Miguel Angel Requejo Alfageme @MiguelARAlfagemHace más de treinta años que resido en Catalunya. Esta es la razón de que el adjetivo que yo haya oído más en mi vida sea “catalá”. No sé cuál será el segundo pero está a mucha distancia. Y es algo que no me explico: Que un pueblo con tanta personalidad y con unas características tan propias esté tan poco seguro de quien es, que deba estar repitiéndolo constantemente. Un misterio.Y aquella es también la razón de que hoy me disponga a hablar de los nacionalismos y su función en el mundo: Instrumentalización, manejo y efectos secundarios.El nacionalismo es una cosa simple. Ser nacionalista es como ser creyente. Un día te levantas y te das cuenta de que crees, existe Dios y desde entonces te consagras a él. Con el nacionalismo pasa igual, un día amanece y tienes el convencimiento de que por haber nacido donde has nacido eres la leche, lo mejor del mundo y además empiezas a sospechar que los que son de otro lugar te quieren robar, bueno esto último a veces es cierto.Y también en el nacionalismo pasa como con las creencias religiosas, están los creyentes sinceros, de corazón, honrados y decentes, y están los creyentes listillos que se aprovechan de ello y que, casualidades, suelen ser los que dirigen el cotarro, de obispos p’arriba. Tienen un trabajo muy fácil, cuando el asunto se complica lo resumen: Me lo ha dicho Dios. Pues en el nacionalismo igual, está el nacionalista de base que si es español piensa que haber nacido en Zamora, yo soy de allí, es la rehostia o que ser de Palafrugell, yo resido aquí, es un plus casi divino, que se dedica a sus cosas decente y honestamente. Después están los nacionalistas vivillos que si se complica la cosa pues sacan aquello de: Todo nos pasa por culpa de ellos, los otros, y que, casualidades, suelen ser los que dirigen el cotarro, de políticos e intelectuales mediocres p’arriba.Siguiendo con el símil. Cuando la tierra se pone a temblar o hay una catástrofe o una enfermedad grave, todos los creyentes se encomiendan a Dios, los demás nos cagamos en él.Cuando hay una crisis económica, ¡Qué casualidad, como ahora!, o un político es atacado, ¡Cómo nos tenía acostumbrado el honorable Jordi Pujo!, enseguida sale aquello de ¡A las almenas que vienen los barbaros! Y los que no somos nacionalistas nos quedamos estupefactos de tanta desfachatez y falta de vergüenza.Así sucede ahora, que Artur Mas, que no tiene ni puta idea de cómo sacarnos de la crisis, se ha enrolado en una aventura que le sobrepasa tres pueblos. Le tiran de todos lados.¿Se imaginan que Catalunya no tuviese el problema del nacionalismo? Los políticos no tendrían más remedio que hablar de lo que están haciendo para sacarnos de la crisis. ¡Vaya papelón! Con lo fácil que es ahora: La culpa la tiene Madrid, ¡Chimpon! Y así va pasando el tiempo. ¿Eso es todo? , pues no. Si esto fuese así de simple a nadie se le escapa que si no se hace más que gritar que vienen los malos y no vienen, pues la gente se cansa y se va. Y aquí por desgracia los malos están, son los cosins-germans* de Madrid. Si escuchar en Catalunya que España la tiene sometida y explotada es para quedarse pasmado, escuchar desde Madrid que la unidad de España es inviolable y que los catalanes no tienen derecho a decidir su destino si en la misma votación no lo hacen los canarios, es de traca. Si aguantar el argumento de que los toros en Catalunya están prohibidos por maltrato al animal, es como cuando de niño te contaban que al hermanito lo había traído la cigüeña, el que más de un político español diga que hay que meter en la cárcel a Artur Mas y suspender la autonomía de Catalunya si lo de la consulta sigue adelante, es pa mear y echar un cremat directamente.¿Cómo puede ser que gente con estudios y una inteligencia más que mediana, se supone, lleva el disparate a este nivel? Exacto, porque viven de él. Y mientras se enzarzan en estos asuntos, pues nuestra vida cada día es más precaria, y admitámoslo, una vida de desahuciado, parado o joven con aptitudes pero sin futuro es jodida en catalán, en castellano y en chino. En chino más pero acortamos distancias.En el tema del nacionalismo los políticos lo están haciendo tan mal, bueno en los otros también, que dos de los políticos más grises que hemos tenido en los últimos tiempos les han dado una muestra de por dónde había que ir: -Zapatero consiguió que ERC* perdiera votantes sólo por el hecho de aceptar que tenemos en España comunidades autónomas históricas, las que ya sabemos, y comunidades autónomas fortuitas, el resto, y que debe haber un trato diferente para quien es diferente y que el café para todos fue una barbaridad, fruto de La Transposición, ¡ah y que es del Barça! Zapatero contempló sin aspavientos el deseo natural de muchos catalanes de tener su propio país y quizás por eso precisamente el nacionalismo se atemperó. Pero llegaron las huestes del PP y vuelta empezar, los cosins-germans.-Y Montilla, que me llenó de ilusión cuando en su campaña electoral ponía: Ha arribat l’hora de parlar dels catalans*. Que dije yo, por fin. Pero no. Se lio con el tripartito y fue peor el remedio que la enfermedad.Y es que es fácil ver que hace dos millones de años España y Catalunya ya existían, pero se llamaban de otra manera, con sus ríos, no tan contaminados, sus bosques, más que ahora, y los trogloditas de entonces, cada uno chapurreando su idioma, y que siguen aquí, pero los de entonces ya no, ahora estamos nosotros, los catalanes, los andaluces, los murcianos, los castellanos y que no son las tierras las que deben preocuparnos si no las personas. Es su integridad la que debe preocuparnos, no la del territorio, que vaya usted a saber cómo se llamará dentro de mil años y que forma tendrá, que viene un tsunami y se come media Catalunya o media Andalucia, ¡y entonces, qué!Acabo. Si en Catalunya quieren hacer una consulta la mayoría de la población es porque están hasta los huevos de que los ninguneen y los maltraten en Madrid, que ni los dejan hablar en catalán en las Cortes, cortesía básica, y si en España están hartos de los catalanes pues que los dejen irse, muy lejos no se van a ir, ¡Ah, eso sí, con Catalunya a cuestas! Que yo a más de uno he oído decir que bien estaríamos con Catalunya pero sin los catalanes, cosa que además de imposible es una gilipollez y no ayuda nada pero nada, nada.Me he resistido a poner las tonterías, barbaridades mil y alucinaciones de casi la mayoría de los políticos porque además de ser de sobra conocidas, deprimen, deprimen mucho. Al fin y al cabo son los que nos dirigen. ¿Para qué lo habré escrito?, ya me ha dado la llantina.
Cosins-germans………………………………………………...Primos hermanosCremat…………………………………………………………….…Una bebida cojonuda de café, ron y otras cosillas. Mirar en google.ERC………………………………………………………………..…..Esquerra Republicana de Catalunya. Tienen en su haber que nunca han engañado ni cambalacheado como CiU y en su deber que ya me gustaría a mí que desarrollasen en igual medida lo de Esquerra y Republicana que lo de Catalunya.Ha arribat l’hora de paralar dels catalans………..…Ha llegado la hora de hablar de los catalanes
Postdata.He escrito esto en castellano y no en catalán porque lo podrá leer más gente y porque escribir en catalán se me da mal. Lo hablo, después de muchos años, con fluidez y cierto acento de la Tierra del Pan y lo leo desde el primer día que llegué. Gracias a eso he podido disfrutar de la inteligencia y fina observación de Josep Pla, de la fantasía de Joan Perucho y la ironía de Pere Calders en su propia lengua. Ya sé que muchos de los que lean esto no sabrán quiénes son estos escritores pero no se consuelen porque en Catalunya reside el mejor escritor que ha retratado la Barcelona de los años setenta, Juan Marsé, y muchos catalanes no lo saben, porque escribe en castellano, algún día le dan el Nobel y va a ser la monda, y se murió Manuel Vázquez Montalbán y costó hacerlo públicamente masivo. O José Agustín Goytisolo. En fin, las miserias de la Fe.