Hoy pensé otra vez en lo poquito que dura la vida, por más que dure. No alcanza para hacer más que una vida; si te propones ser abogado y a los 40 decides que mejor serás electricista, puedes abandonar la carrera que estudiaste, aprender lo que haga falta y montar un taller; pero no puedes convertirte después en consejero matrimonial, y si lo consiguieras, no serás también repostero y marinero y astronauta e ingeniero en suelos. No alcanza para ensayar, tampoco.
Silvia Parque