Revista Talentos
Estaba parada, viendo a esa mujer acostada que tenía una gran sonrisa en la cara, una sonrisa que la hacía sentirse incomoda - Esa sonrisa es una exageración- Pensaba, mientras tenía su vista clavada en la incomprendida sonrisa.
Sin pensarlo dos veces, movió su mano hasta meterle un par de dedos en la sonrisa, sacó unos palillos que servían como soportes, poniéndolos al revés y metiéndolos de nuevo en la boca, para lograr ahora una mueca que parecía de reproche; se le quedo viendo un instante y moviendo la cabeza de un lado a otro, metió de nuevo los dedos para deshacer el gesto malhumorado que había creado.
Ahora la mujer tendida no tenía expresión, simplemente no reflejaba nada. Después de todo, no tenía nada que reflejar, solo los momentos de ocio que tenía la persona… Que la iba a embalsamar.