¿Estás trabajando en algo que va a serte útil mañana? Porque si no es el caso... para. De verdad, no malgastes tu tiempo en algo que te hará lamentar la de oportunidades que viste y no viviste. Si algo te importa, lo sabes. No necesitas el apoyo de nadie, ni su ánimo, ni que te obliguen a ponerte a ello. Lo sabrás. Porque morirás de ganas por empezar, por llevarlo a cabo, por hacerlo mejor que ninguno. Desearás comerte el mundo y hacer de tu sueño tu habilidad secreta, tu arma maestra, tu especialidad. Trabajarás y convertirás el deseo en realidad, en ambición, en justicia. Porque cuando alguien es bueno en algo, es cuestión de justicia que termine desarrollando sus talentos y haciendo de ellos algo maravilloso. No te fijes ideales de grandeza ni te halagues cuando te comparen. La excelencia consiste en marcar la diferencia. En dejar una huella que nadie sepa imitar y todos reconozcan sin titubear.
Porque te querrán superar.
Hay soñadores sin sueños y sueños que no son soñados por nadie. Metas inalcanzables porque sus dueños se niegan a levantar el culo de la silla y tachar las dos primeras letras en
Cuántos he visto reír y llorar en su ignorancia del no saber que no están haciendo nada. Y lo peor es que son una plaga. Se multiplican, se imitan. No seamos parte de un movimiento que consiste en quedarse quieto. Ponle voz a las bocas que han sido silenciadas por miedo a arriesgar en un sueño tan distinto como necesario. Necesitamos cambiar. No lo dejes de intentar.
Yo soy una obra en proceso. Estoy trabajando en ello.
Agradecer a Oliver Araujo por su confianza al publicar mi artículo "Si puedo imaginarlo, puedo lograrlo" en su web. Podéis leerlo AQUÍ.