NANDI
-¡Nandi, a ver qué vas a hacer, que tengo que hablar por teléfono con la tía Angelines!-¡Voy a explorar el mundo exterior con Roque!-¡Haz lo que quieras pero no hagas ruido! ¡Y ten cuidado de que ese pollito no se cague por ahí!-¡Vale!-¡Angelines, cielo, cuánto tiempo! ¿Qué tal…?
-Qué manía tiene mamá de chillarme desde el salón. Podía venir a mi habitación a decirme las cosas… Pero nunca viene a mi habitación… Con lo que le gusta el teléfono y luego enseguida se cansa de jugar conmigo a los gúolquitolquis. Bueno, no me importa, soy un gran explorador. Y un gran explorador no viaja al mundo exterior con su madre. ¡Vamos, Roque! Tenemos que prepararnos. A ver, los exploradores no llevan zapatillas, fuera zapatillas. Ni llevan calcetines, ni jersey, ni camisa; sólo el calzoncillo y… ¡El chaleco de papá! Y ahora un turbante para la cabeza… el papel para limpiarse el culo me servirá.
Otra vuelta, otra vuelta… Ya está. ¡Hala, se caído todo el rollo al váter…! No pasa nada. Yo ya llego a tirar de la cadena. Parece que el agua no se lo lleva… Tengo una idea: meto dentro del váter la ducha… abro el grifo… Así poco a poco se lleva todo ese pegote y mamá no nos regaña. Ahora, cogemos los gúolquitolquis y nos vamos a explorar.
Mamá sigue hablando con la tía Angelines. Pues nada, nos vamos sin despedirnos. Ya llego a quitar el cerrojo de arriba. ¡Uf, que frío hace en la escalera! Tranquilo, Roque, que te meto dentro del calzoncillo, verás que calentito estás. Bien, ya hemos llegado al mundo exterior, y aquí hay que tener cuidado: podría quemarme los pies con las colillas del suelo.
¿Por qué se ríen todos de nosotros? Bah, me da igual, que se rían. ¡Mira, Roque, ahí va Dark Vader! ¡Y sin su casco! Esconde la cabeza dentro del calzoncillo, Roque, que vamos a seguirle, muy despacito. Se ha metido en esa tienda oscura. Seguro que es su escondite secreto. Vamos. Vaya, ha desaparecido. Aquí hay mucha gente rara. Unos se ríen de nosotros y otros me regañan. ¡Mira, y ahí está Drácula, en su ataud! Debe ser el amigo de Dark Vader. Voy a ponerle un gúolquitolqui en la boca y si dice algo nos enteraremos. Roque métete dentro de la ropa y me dices si le han clavado una estaca en el corazón.
-¿Pero quién demonios eres tú? ¿Y qué le estás haciendo a mi pobre madre? ¡Estos niños no respetan ni a los muertos!-¿Qué ocurre, Juan? ¡Virgen Santa!-¿Lo ve usted, señor cura?-¡Hijo del amor hermoso! ¿De dónde sales tú, criatura, medio desnudo?-¡Dark Vader, nos ha sorprendido! ¡Ay, de la oreja, no! ¡Roque, Roque! ¡Déjeme coger a Roque!-¿Quién es Roque? ¡No te sueltes, condenado…!-Vamos, Roque, ven conmigo.-¡Madre de Dios, un pollito!-¡Y se ha cagado, ese pajarraco se ha cagado en la mismísima frente de mi pobre madre!-¡Roque, Roque, ven conmigo, corre!-¡Que alguien eche el guante a ese mocoso! ¡Niño, cuidado, las velas, el papel higiénico de la cabeza…!-¡Ay, que me quemo, fuera turbante!-¡Mi madre, la mortaja, que se prende fuego...!-¡Bien, Roque, ya te tengo, vamos, hay que huir!-¡Fuego, fuego!-¡Mi madre, que se incinera!
-¡Ya estamos fuera, Roque! Ahora, métete ahí detrás, en el calzoncillo, y a casa corriendo. ¡Anda, por ahí viene mamá! Mira, está descalza. ¡Bien! Ha venido a explorar con nosotros...-¡Oh, cielos, Nandi, por fin te encontré!-Mamá tienes los pies mojados…
FIN (el de Roque, que murió espachurrado por la azotaina)