El Premio Nobel de Química 2016 puso en el mapa de tecnologías emergentes a las máquinas moleculares y la nanorobótica. Estos sistemas con partes móviles, capaces de realizar trabajos, autodesplazarse, portar otras moléculas y nanopartículas y pueden ser controlados externamente. Las posibilidades tecnológicas serán de gran impacto en medicina, farmacología de precisión, ingeniería genética, diagnósticos entre otras disciplinas asociadas a la salud. La capacidad de portar fármacos, material genético o marcadores radiológicos, sumado a la capacidad de desplazamiento y control externo prometen ser toda una revolución tecnológica. Pero las aplicaciones de estos dispositivos trascienden los potenciales usos biomédicos. Es vertiginoso el desarrollo de los nanorobots, tecnología que sentó sus bases a mediados de los años 80' y registró sus primeros resultados a principios de los 90'. El desarrollo comentado en la columna sobre nanotecnología en Intercambio por M24 hablamos sobre los desarrollos mas recientes que ya permiten realizar "operaciones" intracelulares con gran precisión en células vivas, algo hasta el momento no reportado anteriormente.
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Artículo de referencia: "Intracellular manipulation and measurement with multipole magnetic tweezers," Science Robotics (13 Mar 2019)