El año pasado se había hallado uno similar en Ecuador. "Sin duda esto cambia las reglas del juego", dice Jay Bergman, director de la DEA para la Región Andina, el organismo antidrogas Estadounidense. Algunas versiones de testigos aseguran que detrás de la construcción de estos sofisticados navíos hay ex-militares que llegaron a América Latina. Tras la fuga de cerebros de las ex-repúblicas Soviéticas, aunque para Bergman esa es solo una "leyenda urbana". Lo cierto es que las naves no están hechas por neófitos, sino por personal altamente calificado y todo indica que quienes los diseñan y fabrican provienen de ámbitos militares. "Fabricar y manejar estas naves no se aprende en un libro, requiere años de experiencia", señala Bergman. Alberto Becerra, profesor de Ingeniería Mecánica Naval del Instituto Tecnológico de Mazatlán, en México, coincide en que la fabricación de un submarino "casero" requiere de un gran conocimiento de ingeniería naval, y que sólo los militares fabrican submarinos. "Quien tiene la tecnología de construcción de submarinos son los astilleros militares" Además de tener la autonomía para llegar a México y transportar cada vez más droga, el avance más importante es que estos submarinos no pueden se vistos desde barcos ni aviones, y los radares comunes ya no los identifican. Desde mediados de la última década del siglo XX cada año los Guardacostas de los EE-UU y las armadas de Colombia y México interceptan cada año decenas de artefactos submarinos y semi-sumergibles, en aguas del Pacífico, en las rutas que conectan las selvas Colombianas con los atractivos mercados de cocaína de los EE-UU. Pero eso no es lo peor: según estimaciones oficiales Estadounidenses se interceptan menos del 10% de las naves detectadas, por falta de barcos que procedan a la captura. Lo cual supone que hoy mismo centenares de semi-sumergibles estén en esa ruta. Cargados por término medio (en los aparatos capturados) con entre 6 a 7 toneladas de cocaína cada uno, es el punto óptimo de costo/beneficio, teniendo en cuenta el escaso riesgo de abordaje e incautación, que la mayor parte de las veces conlleva a la pérdida de la carga completa, puesto que los tripulantes hunden el navío (y con él, las pruebas de su delito).
Narco Submarinos: La Batalla Perdida VI
Publicado el 10 mayo 2013 por Juro IwaiEl año pasado se había hallado uno similar en Ecuador. "Sin duda esto cambia las reglas del juego", dice Jay Bergman, director de la DEA para la Región Andina, el organismo antidrogas Estadounidense. Algunas versiones de testigos aseguran que detrás de la construcción de estos sofisticados navíos hay ex-militares que llegaron a América Latina. Tras la fuga de cerebros de las ex-repúblicas Soviéticas, aunque para Bergman esa es solo una "leyenda urbana". Lo cierto es que las naves no están hechas por neófitos, sino por personal altamente calificado y todo indica que quienes los diseñan y fabrican provienen de ámbitos militares. "Fabricar y manejar estas naves no se aprende en un libro, requiere años de experiencia", señala Bergman. Alberto Becerra, profesor de Ingeniería Mecánica Naval del Instituto Tecnológico de Mazatlán, en México, coincide en que la fabricación de un submarino "casero" requiere de un gran conocimiento de ingeniería naval, y que sólo los militares fabrican submarinos. "Quien tiene la tecnología de construcción de submarinos son los astilleros militares" Además de tener la autonomía para llegar a México y transportar cada vez más droga, el avance más importante es que estos submarinos no pueden se vistos desde barcos ni aviones, y los radares comunes ya no los identifican. Desde mediados de la última década del siglo XX cada año los Guardacostas de los EE-UU y las armadas de Colombia y México interceptan cada año decenas de artefactos submarinos y semi-sumergibles, en aguas del Pacífico, en las rutas que conectan las selvas Colombianas con los atractivos mercados de cocaína de los EE-UU. Pero eso no es lo peor: según estimaciones oficiales Estadounidenses se interceptan menos del 10% de las naves detectadas, por falta de barcos que procedan a la captura. Lo cual supone que hoy mismo centenares de semi-sumergibles estén en esa ruta. Cargados por término medio (en los aparatos capturados) con entre 6 a 7 toneladas de cocaína cada uno, es el punto óptimo de costo/beneficio, teniendo en cuenta el escaso riesgo de abordaje e incautación, que la mayor parte de las veces conlleva a la pérdida de la carga completa, puesto que los tripulantes hunden el navío (y con él, las pruebas de su delito).