Si Dios lo permite
Nasrudín ya había logrado ahorrar lo necesario para comprarse una nueva túnica. Lleno de excitación se dirigió a una sastrería.
Una vez allí el maestro sastre le tomó las medidas y dijo:
-Regrese dentro de una semana y si Dios lo permite su túnica estará lista.
-Tras controlar su ansiedad durante esos siete días el Mullah volvió a la tienda.
-Ha habido una demora, se excusa el alfayate al verlo llegar, pero si Dios lo permite su túnica estará lista para mañana.
El Mullah volvió presuroso al día siguiente.
-Lo lamento, dijo el sastre, pero todavía no está terminada. Intente mañana y si Dios lo permite, seguramente estará lista.
Ya exasperado Nasrudín preguntó: -¿Cuánto demoraría dejando a Dios fuera del asunto?.