El poeta
Un hombre con ínfulas de poeta le pide a Nasrudin que juzgue algunos de sus poemas.
Después de escuchar pacientemente su larga declamación, el Mullah le dice abiertamente lo que piensa de su obra:
—Es ampulosa, ostentosa y vana.
Cuando oye estas palabras, el fatuo autor enrojece de ira e insulta a Nasrudin con todo tipo de epítetos.
Una vez que el poeta logra calmarse, el Mullah le comenta:
—Tu poesía es atroz, pero tu prosa es excelente.