Todo incluido
El Mullah Nasrudín compró un puñado de dátiles y se sentó a comerlos. Su esposa notó que guardaba cuidadosamente en su bolsillo cada uno de los carozos y le perguntó:
—¿Por qué no tiras los carozos como hace todo el mundo?
—Cuando compré los dátiles le pregunté al frutero si en el precio que pagaba por los dátiles estaban incluidos los carozos y me respondió afirmativamente, que estaban incluídos. De manera que los carozos me pertenecen tanto como las frutas; soy dueño de guardarlos o de tirarlos.