Tú lo perdiste, tú lo encuentras
Nasrudin estaba cortando leña en el bosque. Como tenía mucho calor, se quitó el manto y lo colocó en el lomo de su burro. Luego volvió a cortar leña y, cuando se dio la vuelta, un ladrón se llevó su manto. Cuando tuvo bastantes troncos, Nasrudín empezó a cargar la leña en el burro y se dio cuenta de que su manto había desaparecido. Dando una palmada al animal en la grupa, vociferó:
—¡Tonto descuidado! ¡Ve ya a buscar el manto que perdiste y no te atrevas a volver sin él!