¿Quien compró a quien?
El Mullah Nasrudín llevaba a casa a su nuevo burro desde el mercado. Justo fuera de la ciudad, le paró un amigo.
—¿Fuiste a la subasta de burros?
Poco más allá, otro amigo le preguntó:
—¿Qué precio pedían?
Unos metros más allá, un tercer hombre le paró.
—¿Regateaste?
Nasrudín estaba tan cansado de las preguntas que quitó la correa al burro, la ató a su propio cuello y siguió su camino.
—¿Finalmente compraste un burro nuevo?, curioseó un vecino
—En realidad, contestó el Mullah, el burro me compró a mí.