En el cielo
Cuando el imam vio a Nasrudín con sus babuchas desgastadas y medio rotas, le dio unas palmaditas amablemente en el brazo:
—No desesperes, Mullah. El libro santo nos manifiesta que quien está en necesidad en este mundo será recompensado en el Paraíso. Tus zapatos pueden estar ahora gastados y con agujeros, pero llevarás los mejores en el cielo.
—En ese caso, contestó Nasrudín, sin duda en el cielo seré zapatero.