Noche solapada
Una noche, el Mullah Nasrudin y sus amigos, el imán y el sacerdote, tomaban unas copas mientras se jugaba al poker.
De pronto, el jefe de la policía local, irrumpió en la casa con un par de sus policías y vociferó:
-¡Nasrudin, te he dicho una y otra vez que no iba a tolerar el juego en mi ciudad!
Nasrudin permaneció en silencio. El jefe de policía advirtió que dos de los invitados eran personalidades conocidas e importantes en la ciudad.
-Imán, dijo, estoy sorprendido de verte, dime, estás jugando?.
-No, no lo estoy, respondió el Imán, murmurando algo entre dientes.
-Oh, Padre, tú también acá!, estás jugando? infirió el policía, volviéndose hacia el sacerdote.
No, no lo estoy, respondió el sacerdote, también murmurando algo entre dientes.
-En cuanto a ti Nasrudin, estabas en el juego, verdad?
Nasrudin se encogió de hombros y dijo: -Con quién?.