Aprende a sonreír
-Vamos de incógnito a pasear por la ciudad, le dice a Nasrudin el rey.
La gente no reconocía al rey en su disfraz y no le prestaban atención, pero muchos le sonreían al Mullah.
Regresando, el rey le dice. -Nasrudin, me dijistes que nunca habías estado antes, pero parece que conoces a mucha de la gente local.
-¿Por qué majestad?
-Bueno, he visto que muchos de los transeúntes te sonreían.
-Oh, eso es sencillo, Majestad. Usted sólo miraba. Yo les sonreía.