San Francisco de Natabuela se ubicada a 3 Km. de la ciudad de Atuntaqui, dirección norte, en la parroquia rural de su mismo nombre.
El clima es templado seco con una temperatura promedio anual de 18º C. Invierno: Noviembre-Febrero y Verano: Marzo-Octubre.
Etnia:
El varón con sus pantalones blanquísimos casi hasta los tobillos, con su alba blusa cuyas anchas mangas llegan a los codos, con su poncho de vivos colores y su sombrero de gigantesca y arremangada falda con una cinta de color vivo, generalmente rosa intenso.
Ha olvidado ya el quichwa y su lengua materna es la castellana.
La mujer no es menos limpia y aseada: un anaco negro de lana pende de su cintura, todo su cuerpo robusto hecho para la noble función de la maternidad está cubierto por una limpia y blanca camisa, bordada en su corpiño con flores de colores y matices diversas que lo diferencian de otras culturas de la misma provincia de Imbabura. Áureas cuentas adornan su cuello y brazaletes de coral sus muñecas.
Cubre su espalda con un mantón blanco de fuerte lienzo, y en su cabeza exhibe un sombrero semejante al de su marido pero de diferente forma. Así se lo mira hoy en su parroquia.
Fiestas:
La más importante las Fiestas del INTI RAIMI (Fiesta del Sol) desde el 22 al 28 de Junio, fiestas propia del pueblo indígena, previa a las cosechas. Ritos, algarabías y agradecimientos al astro sol por su benevolencia para con la creación y el mantenimiento de la vida. Toda la comunidad, expone sus mejores galas e interpretaciones musicales, designan a las reinas de la comunidad llamadas ÑUSTAS. INTI ÑUSTAS (Reinas del Sol), SARA ÑUSTAS (Reinas del maíz), etc.
Merece especial atención uno de los barrio que en la actualidad a progresado mucho y es el barrio de los Ovalos.
Los Ovalos, barrio rural de la parroquia Natabuela, del cantón Antonio Ante, de la provincia de Imbabura, es otro de los maravillosos lugares que podemos encontrar en nuestro lindo Ecuador.
Es una comunidad legalmente constituida que está regida por un cabildo democráticamente elegido, y además sus pobladores han conformado varias instituciones como la Asociaciones, y varios clubes deportivos, así: 5 de Abril, Los Ovalos, 16 de Julio, etc., constituyéndose éste en el barrio más grande de la parroquia con alrededor de 500 núcleos familiares, y en el cual se desarrollan de manera anual varios eventos culturales indígenas, el más importante de éstos es el baile de San Pedro o los conocidos San Juanes que se llevan a cabo todos los 30 de Junio de cada año.
Desde el año de 1960 la plaza central del barrio ha sido el sitio de encuentro de varias comunidades indígenas que hacen gala de sus tradiciones ancestrales con mestizos y varios turistas extranjeros que intentan incluirse a los grandes grupos de danzantes; es aquí entonces el mejor lugar donde podemos encontrar y admirar toda la variedad de vestimentas y culturas que nuestro cantón y provincia tienen.
Es claro que el baile de San Pedro no es el único suceso cultural que aquí se lleva a cabo, también las fiestas patronales y varios eventos religiosos se desarrollan a través del año, y cada uno de éstos concentra cantidades admirables de personas, tanto de la localidad como de varios pueblos aledaños que acuden a admirar la tradicional quema de la chamiza y del castillo y tantos otros acontecimientos que en cada uno de éstos se dan.
Otras particularidades que tienen igual importancia a la cultural en el barrio, es por una lado la artesanal, ya que aquí gran parte de madres de familia se dedican al bordado, creando con sus manos hermosas obras de varios colores y formas que dan lugar a únicas y magníficas prendas de vestir; y claro, la gastronomía, ya que aquí se elaboran diariamente en la mayoría de casas, el delicioso hornado, el mote, los que se son vendidos en los diferentes mercados de la provincia, volviéndose esta actividad en la principal fuente de ingresos para muchas familias, a parte de la albañilería y la agricultura, que complementan el quehacer diario de las mismas.
No se puede dejar de lado la majestuosidad del Taita Imbabura, mismo que cobija éste cálido y amable barrio. En sus faldas podemos encontrar todavía vegetación nativa en abundancia, y una fauna aunque casi endémica, sorprendente.
Los caminantes aventureros que andamos por éstos senderos somos los únicos testigos de estos hermosos paisajes, además de que, llegar a la cumbre del Taita es una experiencia única e inolvidable y que no necesita de mayor preparación ni equipamiento.
En este pequeño rincón mágico empotrado en las faldas del cerro "Taita Imbabura" los mitos y las tradiciones se conjugan, siendo parte del diario vivir de la cálida gente que aquí habita. Pueblo de hombres y mujeres luchadoras y emprendedoras que se niegan a dejar de lado lo que por herencia han recibido de sus antepasados (sus costumbres)