Esto no equivale (como el buen Hegel 'pensaba') a una especie de torpor, somnolencia o caída en la inconsciencia. Al contrario, se trata de mantenerse muy despierto, muy consciente, con la mente iluminada, precisamente en ausencia de pensamientos. Entonces se revela la diferencia entre la "mente" ("los procesos mentales") y la conciencia (la lucidez silenciosa).Merece la pena recordar el siguiente aforismo de Patañjali (YS I,3), pues expone el resultado de lograr el silencio de la mente. "Entonces -dice el sabio hindú- el purusha, el vidente, se establece en su verdadera naturaleza". Nuestra naturaleza más profunda se revela (se desvela) cuando dejamos de identificarnos con las sensaciones, las emociones y los pensamientos. En ese momento brilla el yo interno, el ser autoconsciente, el espíritu (purusha) en todo su esplendor. Brilla porque es un ser de luz, de conciencia gozosa.
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La fascinación de Oriente
Vicente Merlo (Valencia, 1955)
Este libro ameno, mágico y profundo analiza las múltiples facetas de un fenómeno recurrente en el mundo occidental: la fascinación de Oriente y por Oriente. El autor, fascinado él mismo por la riqueza del pensamiento y la sensibilidad orientales, reflexiona sobre cuestiones de gran calado tales como el yoga, la meditación, los maestros espirituales, la estética o la muerte. Todo ello a la luz de la sabiduría de la India, de la que Vicente Merlo es un aclamado conocedor y divulgador.
La fascinación de Oriente dedica asimismo algunos capítulos a autores que, como Ken Wilber, Raimon Panikkar o Carl G. Jung, han sido influenciados de manera determinante por las filosofías índicas, convirtiéndose en mediadores indispensables entre Oriente y Occidente.
El presente libro apremia a reflexionar acerca de la posibilidad y hasta la necesidad de integrar la filosofía oriental en nuestras vidas, tomando la meditación silenciosa como hilo conductor.