Miro a mi alrededor. Supongo que mi cara es de circunstancias. No reconozco mi casa. No he perdido la cabeza, he perdido mi hogar.
Por eso los muebles, los cuadros, los adornos, nada me es familiar ahora. Soy un extraño en tierra extraña. Un náufrago en un islote deshabitado.
Pasa frente a mí alguien que me mira con cara de indiferencia mientras enciende el televisor. "¿Te importa que ponga FDF?". No contesto. Pone el canal y se sienta a mi lado. Me mira de reojo. "Anda, es el capítulo que te gusta". Silencio.
Sigo mirando las paredes llenas de vacío con extrañeza.
Me pregunto en qué momento esta casa dejó de ser mi hogar.