Navegares.

Publicado el 26 diciembre 2014 por Marga @MdCala

“Navegares” no existe, es cierto, pero yo acabo de escribirlo. Hay quien da a luz letras, palabras, ortografías, frases, dichos y demás conjugaciones del lenguaje, y yo he decidido que “navegares” -en adelante sin encorsetadas comillas- será una de mis paridas lingüísticas.

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Las conclusiones se gestan durante un tiempo, a veces menor y a veces mayor, según su grado de importancia u ocio de la madre. Estas últimas mías han sido fecundadas por la observación, que es la mejor técnica de escritura que conozco. Queden para otros, más aplicados y sufridos, las fajas y las censuras: yo voy por libre y paro (de parir) cuando quiero, que para algo soy rarita.

Como digo, durante estos últimos momentos que bien pudieran llamarse meses, la observación me dejó preñada de escenas que no eran sino navegares, esto es, distintas formas de bogar por las redes. Sociales en el mejor de los casos. Cada quien surca los mares virtuales como le apetece, y a continuación expondré algunas de las formas más contempladas.

-El egocéntrico: Él (o ella) es la marejada, la marejadilla y el mar en calma. En el desierto, la duna y en el bosque, el más alto pino. He eliminado a hombres así. Esto solo se lo perdono a las mujeres, por empatía cochina.

-El monotemático: Puede ser escritura, pintura, música, arte, poesía, maternidad, idiomas, viajes, etc. Solo un tema por navegante. Suele ser contraproducente en el observador, que acaba por aborrecer lo que en su día le pudo gustar. Pero si María Jesús aún es capaz de tocar “Pajaritos” con su acordeón y una sonrisa, todo es posible. Creo que me explico.

-El nihilista: El mundo entero es cuestionable y criticable. Nada es digno de aprecio y credibilidad, salvo su propia filosofía de vida (paradoja). Suelen ser interesantes y serios en exceso. Y los excesos nunca son buenos…

-El envidioso: Esto es más femenino y se da más entre mujeres (más no significa exclusivamente, ojo). En ciertos casos solo hay que poner algo positivo y esperar. ¿La confirmación? El sepulcral silencio…

-El positivo: El amigo por definición. No es que no tenga problemas ni malos ratos, es que no te oscurece con ellos. Siempre estará para animarte y regalarte su sonrisa. Imprescindible este navegar en las redes y en la vida.

-El impersonal: No tiene existencia (virtual) propia. Utiliza fotos y carteles de Google como modo de expresión. Algunos gustan, comentan y comparten las vidas ajenas. Otros, ni eso. Están pero no son, o viceversa. Luego se preguntan por qué nadie les hace caso…

-El gustoso: Únicamente pone “me gusta”. Y porque es un “click”. Tampoco suele responder a comentarios alusivos. El mundo social/virtual es una tontería -opina-, pero a él “le gusta”…

-El indirecto: Aprovecha cada ocasión para lanzar mensajes. Increíbles algunas técnicas desarrolladas. No tiene -cree- viga en el ojo y por eso ve todas las pajas ajenas. Muy prescindible.

-El perfecto: No existe y no existirá. Las redes sociales virtuales están pobladas por seres humanos reales con sus aciertos y sus fallos, y solo quien los asume con humildad, participa, se expresa, comenta, comparte, gusta, y no le tiembla el pulso a la hora de mostrarse con (y por) los suyos, puede aspirar -tan solo aspirar- a acercarse a esta categoría.

¿Cuál o cuáles crees que son tus navegares? ¿Conoces alguno más?