Revista Diario

Neandertales

Publicado el 10 enero 2023 por Chirri

Hay ocasiones en que no te explicas como una serie de personajillos van rozándote tangencialmente según vas caminando por la vida. Su interés no es otro que hacerte la puñeta de la manera más gratuita que pueden negociar su propia estupidez.

Afortunadamente su fecha de caducidad es breve, son como los electrodomésticos, tienen obsolescencia programada, la justa hasta que desdeñas sus malas artes y continúas sobreviviendo a estos imbéciles.

A veces se agarran a ti con desesperación, se arrastran a tus pies sujetándote por el fondillo de los pantalones, suplicando que no les olvides, que entres en su juego de insidias que es lo que realmente les divierte.

Los hay de varias clases y pelaje, unos son familiares y otros los encuentras en el trabajo. Realmente uno nace en una familia o tribu y te caes con todo el equipo. No hay deidad que te pueda salvar del lazo que te hacen creer que te une a un hermano envidioso, a un cuñado pesado y sabelotodo, a un primo obsesionado con que le envidies y el peor de todos: una Ex resentida y despechada.

Es realmente molesto romper los lazos con esta caterva de villanos, siempre hay algún otro familiar que te dice que en el fondo es un buen chico/a y que a la postre lo que te queda es la familia.

En el otro lado del universo figuran los personajillos que te vas encontrando en tu trabajo y en este caso la solución es mala, pues la única solución es cambiar de empresa.

El pelaje de estos tipos es variopinto, compañeros envidiosos de que trabajes menos que ellos o que por desgracia se enteren de que tu sueldo es superior, esquiroles que te miran por la ventana mientras haces huelga por sus derechos. También los hay que siguen la máxima “joder por joder”. Lo peor es cuando el que intenta hacerte la vida imposible es tu propio jefe. Esto suele acaecer porque se da cuenta de sus limitaciones de todo tipo, generalmente suele dolerle las intelectuales. Eso es grave, nunca soportan a un subalterno más capacitado. Si por un casual lo detectan en tu persona, date por jodido. Solo te puedes librar si tu antigüedad hace que despedirte sea oneroso o que tengas la útil habilidad de hacer caso omiso a sus sandeces.

En fin, la pura realidad es que tos vas encontrando desde que naces, en el colegio, en la mili, conduciendo o caminando. No hay escapatoria, los cromañones debemos coincidir con los neandertales esperando su rápida extinción.

Neandertales

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