“Actor” se puede autodenominar cualquiera, puesto que no se necesita un título concreto o unos requisitos específicos para ello. Sin embargo, “actor profesional” es aquella persona que se ha formado intensamente a lo largo de varios años y que está preparada para afrontar, con diferentes técnicas y herramientas, cualquier reto interpretativo. Por tanto, si quieres hacer de tu pasión una profesión, el primer requisito es estar bien preparado, es decir, poseer una sólida formación.
Para conseguir una buena base, es imprescindible cursar varios años en una escuela de interpretación cuyo método de aprendizaje encaje contigo. Esto último es importante recalcarlo, ya que muchos actores, por no elegir bien el centro de formación, acaban frustrados o decepcionados con la profesión, algo que se puede evitar informándose bien.
Sin embargo, los planes de estudios que tienen las escuelas, a pesar de ser prácticos, necesarios y eficaces para crecer como actor, muchas veces tienden a ser generales. Es decir, no tienen por qué avanzar a tu ritmo desarrollando tus aptitudes particulares (por ejemplo, enseñarte a cantar si tienes cualidades para ello) o detenerse para poder reforzar tus carencias (por ejemplo, suavizar un fuerte acento). Es este el motivo por el cual, ya sea a lo largo de tu proceso de aprendizaje, ya sea una vez terminado el mismo, siempre vas a necesitar formación extra.
Y es que, el buen actor nunca deja de aprender; está en continuo proceso de reciclaje y perfeccionamiento para tener disponibles las mejores herramientas posibles. Y muchas de las habilidades que puede desarrollar no se asimilan de un día para otro, es decir, es necesario dedicar tiempo y esfuerzo a cultivarse como actor.
¿Cuáles es la formación complementaria más habitual?
- Habilidades relacionadas con el ejercicio de la profesión: es importante que como actor que eres, aprendas sobre el funcionamiento de la industria audiovisual (conocer el trabajo de los distintos profesionales del cine y la TV, el argot que utilizan, cómo se mueven los hilos a la hora de crear una producción) y de la industria teatral (cómo desarrollar un espectáculo o sacar adelante una compañía de teatro, por ejemplo).
- Autopromoción y marketing personal. Si no te autopromocionas, resultarás invisible a ojos del sector, por mucho talento que tengas. Por eso, a día de hoy, resulta tan imprescindible que sepas dar a conocer tus dotes artístíticas al mundo, hacerte tu lugar en la industria, que otros profesionales sepan que están ahí y tienes mucho que ofrecer. Solo de este modo conseguirás trabajo, contactos y reputación en el sector. Estas competencias son por ejemplo: marketing digital, networking artístico, marca personal, redes sociales…
- Destrezas concretas, como artes marciales, tocar algún instrumento, patinaje, esgrima…: especialmente en la televisión y el cine se exige inmediatez, es decir, si necesitan un actor que sepa montar a caballo, lo más probable es que no esperen a que aprendas para darte el papel,a no ser que seas un actor muy conocido. Por tanto, estar capacitado para llevar a cabo diferentes pericias te dará más posibilidades de situarte entre los elegidos.
- Impro: realizar improvisación de forma habitual consigue que seas un actor adaptable y creativo, con la imaginación despierta, lista para adaptarse a cualquier situación.
- Clases de cuerpo y voz: las de cuerpo suelen precisarlas habitualmente aquellas personas que tienen movimientos poco orgánicos o quienes se dan el permiso de dedicar tiempo a conectar cuerpo y mente, algo tan necesario y tan desatendido muchas veces por los actores contemporáneos. Por su parte, las clases de voz son frecuentes para quienes quieren neutralizar su pronunciación o para quienes buscan nuevos matices o técnicas en el uso de las palabras.
¿Qué me aporta formarme en otras disciplinas?
Son muchos los beneficios de invertir tiempo y esfuerzo en formarte en otras materias, siendo los más destacados los siguientes:
- Refuerzas carencias e impulsas tu talento, que es tu principal instrumento.
- Abres la mente, viendo la actividad artística desde una perspectiva más amplia.
- Conoces gente nueva, ya sean profesores o compañeros, enriqueciendo así tu red de contactos profesionales.
- Te diferencias del resto buscando tu valor añadido y sacándote el máximo partido posible.
Lo que, por el contrario, nunca te debería aportar este tipo de formación complementaria es una carga. Todos sabemos que “quien mucho abarca, poco aprieta”, por lo que si empiezas a sentir que tienes un horario demasiado sobrecargado o es una materia que nunca se te dará bien por mucho que lo intentes, es preferible que bajes el ritmo, des prioridad a lo más importante y te centres en reforzar tus puntos fuertes.
Aprender siempre, a tiempo completo
Si pensabas que para llegar a ser “tu mejor yo” hay que apuntarse a mil cursos, te vamos a dar una buena alegría. Ni mucho menos.
Hay muchas habilidades que las aprenderás gracias a los profesores o coaches que las imparten en sus clases, pero hay otras muchas que lo que te exigen es inquietud personal por leer o buscar por Internet, autonomía por aprender de forma independiente o curiosidad por alguna disciplina concreta.
La formación online es también un excelente apoyo, puesto que en ocasiones resulta bastante más económica y la puedes hacer a tu ritmo.
Como actor eres un observador, una esponja que aprende de cada persona que con la que habla, de cada cambio emocional, de cada experiencia vivida.
Como actor, cambia la mentalidad de estudiar por la mentalidad de aprender.
No imaginas lo mucho que ayudaría a otros lectores que vean este post que les contaras cuál ha sido la formación extra que has recibido o tienes en mente recibir. Seguro que mucha gente se siente identificada contigo… deja un comentario en nuestras redes, ¡te escuchamos!