De recuerdos en la nave...
Cuando mi amigo cinéfilo volvió a pasar ayer, me envió de nuevo hoy, el mismo correo de hace unos años.... con esta escena de Desayuno con diamantes.
Me conoce bien, y sigue conociéndome muy bien, y pese a mí.
Sabe que entendería el significado del corte en la cinta. Porque en realidad es una historia que acaba bien. Con gatito incluido. Pero que no es para mí. Y volvimos a hacer un remake de lo que vivimos entonces, y tras el tras-paso de los años.
Y pensé que mis cicatrices ya no las curaría nadie, al igual que hace unos años cuando publiqué esta entrada... aquí para curiosos....
Imaginé que debería abrirme más. Dejarme soñar, cuidar y mimar...
Pero me educaron a lo antiguo. : "Sé fuerte. No eres una moñas".
Y eso que pese a todo, intento preservar algo de ternura, y eso también pese a los hostiones recibidos.
Y eso que pese a todo aún sigo queriendo, soñando, y abrazando por no perder la poca humanidad que aún nos quede.
Y por eso, y sólo por eso, desde entonces... ¿aprendí a dejarme querer un poquito más... ¿?
Y, deja ya, de llamarme Chiquilla, XD :)))
Gracias, Fred.
;)