Revista Talentos

Nenena.

Publicado el 03 febrero 2019 por Theraven Víctor José Guindo Singh
Nenena.El Principito. Collage A3.
... Hoy, La Casa (la única que nos queda de aquellas 6 que Él se trajo desde allá...) no huele a resina de pino sino a musgo del que crece en el sótano semicerrado donde me meto a veces, a rastras, a buscar esos tesoros consistentes en monedas, botones, tapas... canicas... Hoy, me está matando este aburrimiento con la música de fondo de la lluvia sobre el tejado de chapa acanalada... Ese sonido monótono y de tambor de hojalata que, como ya dijera Alguien en Su Libro, "...termina por convertirse en una nueva forma de silencio"... Sí, ahora que me observo desde tan lejos, ya lo sospechaba, entiendo que a mí lo que me mata es El Silencio... (por eso es que arranco a correr, luego, sobre el piso de madera suspendido en aquellos pilares también de madera y provoco ese retumbar de sismo que enloquece a Mimí...)... Bueno, llueve de tal forma que parecen haberse desbordado, a una, todas las fuentes celestes... y entonces "me despierta" ese olor que siempre va detrás de Ella... me levanto del piso y enderezo mi andar, como perro de presa, tras esa sensación única por secreta... al llegar a la sala, no obstante, me detengo en seco, cogido infraganti por Él, quien me mira con esa mirada tan dura, desde el Retrato; casi a su lado, El Reloj de Todos Los Misterios, colgado a demasiada altura como para poder tocar ese péndulo dorado frente (o bajo) el cual me paso luego algunos minutos, extasiado... El Reloj es de Ella y sólo me ha permitido tocar La Llave Mágica que lo mantiene andando... (Juro, Hoy, que este Mundo Mágico de "Los Mayores" algún día me pertenecerá del todo... aunque tenga que, para lograrlo, envejecer de forma tan irremediable como Ellos)... Alcanzo a verla, a Ella, cuando sale por la puerta de la calle en dirección a ese Corredor tipo bungalow donde se queda sola, durante horas a veces, recostada en la veranda de pino, fumando esos tabacos de cuyo humo participo "de contrabando"... Hoy hace un frío muy húmedo por causa de la lluvia y me pego a su cuerpo; la cara me queda exactamente a la altura del pasamanos de la veranda y casi que compite, con el humo del tabaco, el olor a madera de pino húmeda...
Frente a la pequeña acera que solo alcanza el frente de La Casa Matriz de La Familia, se extiende la ancha calle de tierra ahora cortada perfectamente en dos por el seprpenteante arroyuelo que baja, como si fuera El Amazonas, frente a mis ojos desesperados... ¡¿Quién construyera, ahora, una presa en estas aguas que necesitan ser Dominadas por la ingeniería infantil de toda mi ambición?!... (pero tengo terminantemente prohibido Salir Fuera...)
Ella me mira desde arriba, envuelta en una voluta de humo que me apresuro a degustar con mi olfato de instintivo cachorro humano...
-Me falta un carretel de hilo blanco del armario... ¿Lo has cogido tú?!...
-Sí, yo no iba a ser el único que no pudiera empinar un papalote en El Ranchón, ayer...
-¿Por qué no me lo pediste?!...
-¿Cuántas cosas pido yo que no me dan, ni Tú ni los Otros de la Familia...?!...
-No se puede tener todo en La Vida... y No puedes ir por ahí cogiendo las cosas de los demás... Eso es ROBAR...!
-Yo No soy un ladrón porque Tú tampoco eres "los demás"...
-¿Tienes una respuesta para todo, no?... Eres muy chiquito para ser tan sabichoso...!
Sin darnos cuenta apenas, estamos en el foco de observación de La Pandilla, que se ha detenido frente a La Casa... El Jefe la ignora a Ella mandando un claro mensaje de Autoridad sobre Su Tropa que está "por encima de Los Mayores"; no se puede permitir un síntoma de debilidad frente a sus "subordinados" quienes le pueden discutir y hasta arrebatar La Jefatura del Grupo...
-¿No vienes con Nosotros Hoy?!...
-No puedo, tengo gripe...
Ni siquiera me contesta... Se da la vuelta, espolea a su cabalgadura imaginaria y sale a todo galope aguas abajo del arroyuelo seguido por el resto de "jinetes" que pisan con furia en el agua fangosa con la intención de salpicar lo más posible al de delante y al que viene detrás... los veo doblar en la próxima esquina corriendo como locos; mas que gritar, aúllan...
Ella vuelve a mirarme, desde arriba; creo que comprende que sufro amargamente esta reclusión forzosa... El sol ya casi se pone y la tarde se va llenando de un ambiguo gris claro que todo lo envuelve...
-¿Tu ves cómo está la tarde...?... Bueno, tu vas al Cementerio ahora y puedes ver cómo todos los muertos han salido de las tumbas, y están acurrucados, temblando, cogiendo un poquito del sol ese que ya casi se esconde...
No sé, pero aunque me apena la situación de aquellos "pobres muertos" no creo que su pena sea mayor que la mía, encerrado aquí con la única placentera satisfacción de sentir el calor de Ella en mi cuerpo y el olor del humo de su tabaco... Es todo con lo que cuento ahora para escapar del tedio que me hunde, de momento, en ese aún desconocido germen del asqueroso "porvenir" que desde ya me acecha...
Para una Infanta.
Fulgura lo profundo
De sus cuencas vacías…
Yace en su mecedora,
urdiendo tramas de retorno
En perpetuo extravío…
Su reloj ya no cuelga en la pared…:
Las agujas dan saltos
hacia el vidrio de la tapa;
el péndulo reposa como ariete enmohecido...
Ya no hay puertas…
Duendes y brujas se perdieron
en la umbría del sitio
donde partió Nenena.


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