Cada día hay más grandes marcas comerciales que apuestan por estas técnicas aunque no lo quieran reconocer abiertamente. Hasta ahora esta disciplina ha pasado desapercibida pero cada día aparecen más noticias al respecto.
Este pasado domingo se emitió un interesante documental en el programa 30 minuts de TV3 titulado “No pensi, compri” (No piense, compre) que nos muestra el interés de las multinacionales como McDonalds por estas técnicas.
Sabías que el motivo principal del 95% de las familias en consumir en esta cadena de hamburguesas es por los juguetes que regala.
El exresponsable de publicidad de McDonalds, ahora felizmente jubilado, reconoce que la estrategia de su empresa es clara, los niños. Destinan muchos recursos en relacionar un sentimiento positivo con su marca. Desde su payaso Roland, los juguetes de regalo y actualmente su HappyMeal.
Otro claro ejemplo de estrategia de marketing excelente es Ikea. En el portal de Marketing Directo nos desvela algunos trucos.
Existen muchas empresas de estudios de mercado que se dedican a investigar los comportamientos de los usuarios. Algunas, más especializadas, con la ayuda de resonancias magnéticas y otras técnicas miden la actividad cerebral para ver como reaccionamos según un estímulo. Estudian si se activa lo que se llama “circuito de recompensa”.
Estas técnicas no se limitan a la indústria alimentaria, podemos ver aplicaciones en otros campos como en productos financieros o el diseño de páginas web estudiando lo que puede inducir una compra.
Por ejemplo, en McDonalds reconocen que han realizado experimentos con olores artificiales. ¿Cómo? Han realizado pruebas en algunos locales con olores especialmente seleccionados. Se ha demostrado que un olor puede despertar una emoción positiva provocando el aumento de las ventas.
¿Y qué tiene de especial el Neuromarketing? Esta ciencia neurológica aplicada a las ventas busca orientar las conductas sin que el consumidor sea consciente. En este caso, hacia la compra de un producto. Aquí surge el conflicto…
¿Se podría llegar a controlar las decisiones de compra del consumidor? ¿Manipulación?
¿Cuál es vuestra opinión?