Nevermind

Publicado el 19 julio 2010 por Lphant

Y es que no podemos simplemente olvidar quiénes somos o a quién queremos, porque sería como tratar de desexistir. Durante toda la vida se trata de buscar el significado de ese sentimiento tan intenso y tan narrado, ese que dicen se refleja en los ojos de quienes se aman. Pero no se trata de buscar, sino de aprender a mirar.

Nadie nunca nos enseña a llorar. Ni tampoco a entender el significado de las lágrimas. Y es que es la representación más profunda de los sentimientos. La puerta de atrás que nos conecta con todo y nos ata, y nos hace cambiar, y nos permite apreciar el color gris del arco iris. El flujo de muertes en la Tierra es aparentemente igual al de lágrimas. Como también lo es el de risas, y el de dolor. La tristeza deja atrás muchas de las impurezas de nuestra vida, y la alegría nos devuelve la ilusión, porque al fin y al cabo no podemos dejar de creer y de soñar, de vivir y tratar de sonreir con las pupilas.

La historia nos enseña que el destino no es más que el invento de unos pocos que pretenden encarcelar nuestras vidas en una red de algodón. Pero el folio está en blanco y queramos o no, tenemos que escribirlo, arrugarlo y, finalmente, consumirlo.

No importa que el final del camino sea un punto de luz y que todo termine como empezó. No importa que nuestra vida se vea enjaulada por la historia, por la cultura o la sociedad, tenemos alas para poder abandonarlas y crecer y morir libres, pero no podemos dejar de creer. Tal vez jamás podamos escalar una montaña, pero podremos regalarla a través de nuestras palabras y de nuestras acciones, somos mucho más que habitantes, ciudadanos, vecinos, tenemos un compromiso para con nosotros mismos, luchar por nuestra libertad y nuestras lágrimas. Ser dueños de algo que nos pertenece, nuestra vida, nuestros ojos, nuestros labios, nuestras IDEAS, nuestras PALABRAS.

Lucha por conseguir aquello que te propones con todas tus fuerzas, y utiliza todas tus ganas, porque jamás te alegrarás tanto. Aunque llorés. Aunque te falten las fuerzas. Aunque te digan que ya basta. Aunque pienses que es suficiente. No te escondas en lo que todos buscan o tratan de conseguir, escupe al suelo y mira al sol. Cuando no puedas ver, mira dentro de ti. Vive tu vida y cuando llegues al final de ella, no valores tus años, sino las lágrimas que fuiste capaz de derramar.

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