En el día de la Prostitución Española, rindamos un sentido homenaje a los cínicos: fachas reciclados, vigilantes de la mediocridad, abanderados de la caridad, afeitadores de bombillas, violadores del verbo, y demás. En tiempos tan canallas, los cínicos resultan muy útiles, saben hacer de casi nada y sirven pa un descosido y pa un tiro en la pierna. Reivindiquemos con ilusión el derecho a la recortá con estos tipos. Directores generales del miedo, traidores jefecillos de reclusos humanos, directivos indirectos, compañeros de nadie, gente que debe hasta de callarse, santos y pedófilos, gente que habla y calla, en el día de las rodilleras. Te venden por unas monedas, luego te defienden, luego te venden otra vez y, a la postre, dan a entender que te defienden en los bordes del acantilado, Y a la postre te empujan con manos ajenas. Se sienten dolidos, con el puñal aún ensangrentado, y ensayan nuevos métodos de falserío en do mayor, se sienten dolidos porque el destino les deparó un lugar privilegiado en el estercolero y ellos no tienen más nones que cumplir las profecías, ya lo decía Nostradamus, nos trasladamus al quinto pino y allí están los cínicos para presidir el recibimiento oficial, cagüendié, esta gente no duerme, como los japoneses, y permanecen al loro del qué dirán. Los cínicos son capaces de interpretar varios papeles a la vez, pura enfermedad mental perniciosa, y de jugar con dos barajas, una de naipes y otra de intereses. Ponen cara de póker y a jugar con las cartas marcadas. Hasta que llega otro cínico y se la da mortal, y entonces el mundo rompe a llorar, jeje. Los cínicos tienen nombre y apellido y siempre encuentran objetivos y engaños masivos. Se creen salvadores de su puta patria, cuando en verdad ejercen de mamporreros de sus señores feudales, veamos a los cínicos en su salsa, paecharlos.
A los cínicos, ni agua.
Por cierto, nada que ver, pues hablamos de personajes de ciencia ficción, meras coincidencias con la subrealidad, pero, ¿al Rey no lo puso Franco? Perdón por la ingenuidad. Los cínicos que repartían pegatinas de Fuerza Nueva hoy pretenden impartir clases de tolerancia. Nos veremos en las próximas vidas, cuando ellos sean lagartos y nosotros dragones.