Publicado el 12 marzo 2017 por 50palabras
@50palabras_
Ardía entre los muslos de su amada, lamiendo los tibios flujos... Beep, beep, beep. Otra vez el puñetero despertador de Eloína interrumpiendo los febriles sueños de la gripe y el virus del amor desaparecido. Antonio, al otro lado de la cama, roncaba sin inmutarse por los cuatro meses sin besarla.