Revista Literatura

Ni tanto ni tan calvo

Publicado el 27 diciembre 2012 por Migueldeluis

Cuando empecé en esto del minimalismo lo hice de la mano de los líderes que encontre: Leo Babauta, el cada vez más incomprensible o ¿incomprendido? Ev Bogue y el tipo llamado Dave, entre otros y otras. La historia de SabiaVida es bien reflejo de ello. Conscientemente fui tomando ideas de todo lo que hacían, domo debe hacer uno cuando es aprendiz.

Después te das cuenta que los gurués no tienen todas las respuestas y de que tú mismo tienes que tomar tus propias decisiones. También de eso os he hablado aunque con algún velo. Perdón, me da pereza tanto criticar como disentir.

Hoy, por una vez, voy a expresar mis disensiones claramente. Se trata del reciente artículo de Leo Babauta en su blog mnmlist donde reitera su visión de una web minimalista.

Visión general

Creo que el planteamiento general no es malo. Leo pretende ofrecer una excelente experiencia de lectura a sus visitantes, a la vez que trata de desterrar todo lo que perturbe la relación entre autor y lector, lo que en su opinión incluye:

  • anuncios
  • cookies
  • tracking
  • pop-ups
  • botones para compartir
  • comentarios
  • artículos divididos en páginas mútiples
  • comentarios
  • herramientas de redes sociales
  • comentarios o twits recientes
  • etiquetas o entradas relacionadas
  • contenido que sólo se muestra para que el autor gane dinero
  • algo que grite que debes apuntarte a su lista de correos

¿Exagerado? Creo que sí. Estoy en contra de buena parte de lo que dice, pero en ciertos puntos estoy en completo desacuerdo. Hablo después de seguir los consejos de Leo y desde una reflexión sosegada tras esa experiencia. Hablo también con humildad y cariño a quien supo abrir camino, pero también como un adulto que ha de caminar el propio.

Comentarios

Leo, es verdad que, por regla general los artículos son mejores que los blogs. Uno esperaría, después de todo, que el autor de un blog dedique más tiempo a su redacción que el comentarista. Es cierto también que el espám, los trolls y las tonterías se cuelan por entre los comentarios. Entiendo que en un blog tan popular como Zen Habits el número de comentarios te supondrían un montón de trabajo.

Pero Leo, los demás vivimos en otro liga. En serio, si alguna vez me inunda a comentarios, me alegro, más allá del éxito, si es que es un éxito, me basta eso para ser feliz un ratito.

Por otra parte el visitante de un blog no es exactamente lo mismo que el lector de libros. Cuando quiero un lector de libros, escribo un libro. De hecho, la mayoría de mis visitantes valoran la posibilidad de poder comentar. Puede que no lo hagan nunca o rara vez, pero esa rara vez les permite traspasar la distancia entre lector y escritor. Quizás no fuera para eso para lo que fueron diseñados los blogs, pero es un maravilloso efecto secundario.

La experiencia de no tener comentarios fue triste también para mi. ¿Vanidad? Puede, aunque por otro lado tampoco me tenía que preocupar no recibir nunca comentario alguno.

Yo Leo, he recuperado mis comentarios y los voy a dejar así. Ni los pido, ni los impido. Los que vienen son bienvenidos, los que no vienen tampoco los extraño; no es tan difícil, si hasta yo lo puedo hacer.

Imágenes

De acuerdo que no se deben insertar imágenes sólo por insertar imágenes. Muchos de mis artículos carecen de imágenes y está bien que sea así.

Pero mira Leo, un fin de la imagen es la belleza. Quiero llevar esa belleza a quien por aquí se pasa. Tampoco es difícil, la generosidad del Creative Commons lo hace posible. Y si en alguna ocasión especial hasta compro los derechos, tan poco salen tan caras.

El texto no se empequeñece necesariamente por estar encabezado por una imagen. ¿Pesa más el artículo? Sí, un poco más, pero escasamente relevante para la mayoría de las conexiones de hoy en día.

Otra cosa es la secta de la fotito obligatoria, a la que no pertenezco.

Botones para eso que llaman redes sociales

Tienes razón, quien verdaderamente desea compartir, compartirá –incluso contra la voluntad del autor. Sin embargo también es cierto que la gente aprecia que se lo pongamos fácil. Uno no siempre está su casa, con su navegador preciosamente apañado a sus gustos, ni tiene mucho tiempo ni atención. A los dos nos gustaría que el visitante llegara a nuestros blogs tras una meditación y saliera con una reflexión posterior. Pero Leo, para que ese milagro fuera posible nuestros visitantes tendrían que ser monjes.

No, vendrán, lo leerán por encima y, si pueden, lo compartiran. Pongámoslo fácil, sin abusar, sin avasallarlos pero tampoco sin ponerlo difícil.

Un bloguero de esos que llenan su página de todo cachivache digital imaginable podría decir que quien lo quiera minimalista que use herramientas como Pocket o Clearly o incluso un navegador en modo texto, pero a los dos nos sonaría a respuesta facilona.

Entradas relacionadas, etiquetas…

Pues depende de como y en qué medida se hagan. Sí, si sirven al visitante, no si sólo sirven al autor.

Por lo demás,

En lo demás estamos de acuerdo. ¿Parece exagerado tantas palabras para tres o cuatro desencuentros? Espero que no =)

Yo mira, me voy a quedar como hasta ahora, en los peligros y virtudes de la moderación, y también pasar por el tamiz de la prudencia todos los consejos, y también los tuyos.

Sé feliz amigo, te seguiré visitando y escuchándote con atención y soñando que algún día, aunque sea mediante esa fea herramienta que llamamos Google Translate me visites tú a mi.


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