Ni unos ni otros, no hay héroes.

Si miramos los resultados obtenidos en las dos comunidades de una forma más objetiva, es cierto, no hay gestas espectaculares ni héroes que hayan derrotado a sus adversarios de forma rotunda.
Galicia.
El partido popular gana dos escaños con respecto a 2005 y obtiene la mayoría. Escaños que pierden el partido socialista y el bloque gallego, es decir, uno cada uno.
Por tanto, ni existe un descenso acusado de los socialistas ni una remontada espectacular de los populares: simplemente se pasan un escaño.
Sin embargo, en todo resultado se puede, y se debe, buscar una lectura posterior. ¿Cuál? Tantas como personas opinen, eso seguro.
Toque de atención a los socialistas para que revisen su forma de actuar, tanto a nivel Galicia como a nivel nacional. Defensa en la tierra popular (me refiero a una comunidad claramente votante del partido popular) de la imagen o liderazgo de su cabeza visible nacional, Rajoy, y por tanto un aviso a navegantes internos: ya vale de estupideces dentro del propio partido por obtener el poder.
Eso sí, espero y deseo que el ganador y su partido no se olviden, como pasa siempre en todos los partidos cuando ganan, de los electores que no votaron su opción. Ellos también son gallegos: viven, trabajan y luchan en, y por, su comunidad.
País Vasco.
El cambio puede llegar, cierto, pero no por una derrota clara y contundente del partido nacionalista vasco, sino por una remontada del partido socialista de Euskadi, pero que no le permite gobernar si no es uniendo fuerzas con otros partidos.
El PNV pierde un escaño. El PSE gana seis. El PP puede hablar de ser la fuerza necesaria para el cambio, sin embargo olvida que ha perdido dos escaños; uno más que el partido en el poder hasta ahora.
Quizás era necesario un cambio, el cambio del PNV en la oposición para que revise lo anterior, vea errores y pueda volver a mirar hacia delante o quedarse estancado sin atreverse a renovar actitudes; y el cambio en el poder para comprobar si lo que los otros partidos han dicho en la campaña son capaces de realizarlo una vez que asuman el «mando».
Repito lo mismo, que los que obtengan el mando no olviden a los electores que no los votaron porque son vascos como los demás (desde luego me refiero a los partidos que han obtenido votos y entre los que se decide quien mandará los próximos cuatro años).
Los resultados están muy bien para saber quién o quiénes estarán a la cabeza, pero sirve de muy poco si no van acompañados de esfuerzo y trabajo entre todos para salir de los problemas. Y digo todos: empresarios, banca, sindicatos, trabajadores y políticos.
Mientras nos sigamos mirando nuestras barbas y la mirada no abarque más allá, quedará demasiado camino por avanzar a buen paso...