Como veis, frente a la posibilidad de ir en tren decidimos alquilar un coche. La opción del coche nos permitía disponer de mayor movilidad, flexibilidad de horarios y un considerable ahorro en transporte. Aparte también podíamos disfrutar de la experiencia de conducir por carreteras japonesas. Por contra, sufriríamos parte de los atascos típicos de las vacaciones de Golden Week en las que todos los japoneses viajan por el país.
Salimos de Tsukuba bien temprano y con la ayuda del GPS fue fácil encontrar el camino a Nikko. No tardamos en empezar a divisar a lo lejos las montañas del Parque Nacional mientras nos adentrábamos en sus bosques.
Nikko es un lugar de visita obligada cuando se viaja a Japón. Es conocido principalmente por dos motivos: por el conjunto de templos y santuarios nombrados Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO y también por estar situado en un entorno natural incomparable. Así, durante el viaje de ida decidimos dedicar la mañana a contemplar la naturaleza de los alrededores del lago Chūzenji y dejar la zona de los templos para la tarde.
Para llegar a la zona del lago Chūzenji hay que pasar de largo por el centro urbano de Nikko y ascender por la carretera de Irohazaka, con una sucesión de curvas que parece interminable. Nosotros subimos en coche, pero se puede coger un autobús desde el centro de Nikko. Ahora bien, no me quiero imaginar cómo resulta de cómodo el viaje con tanta curva, no es apto para los que se marean con facilidad.
A mitad de camino antes de llegar al lago se encuentra la estación del teleférico de Akechidaira.
La parada aquí es opcional y hay que pagar por montar en el teleférico pero después de mi experiencia os recomiendo subir al mirador, las vistas al Parque Nacional son increibles.
Desde este punto se alcanza una panorámica estupenda del lago Chūzenji, el monte Nantai y las cataratas Kegon. El lago se formó después de que la erupción del monte Nantai (también conocido como Futarasan) apresara las aguas del río Daiya.
Las cataratas Kegon son unas de las más espectaculares del país, dejan escapar el lago Chūzenji a través de un salto de agua de 100 metros de altura.
Como podéis imaginar, toda esta zona recibe una afluencia masiva de turistas durante todo el año, es muy popular por la cantidad de balnearios y onsen (aguas termales de origen volcánico) que contiene y los aficionados al montañismo tratan de alcanzar la cima del monte Nantai cada verano.
La visita a los alrededores del lago puede llevar todo el día perfectamente, el paisaje es de extraordinaria belleza, pero si se quiere visitar la zona de los templos de Nikko en el mismo día no conviene dedicarle mucho tiempo. Este era nuestro caso...