Tenía como un año diez meses cuando un día como otros se puso a tirar la comida; le di la espalda para hacer notar mi enojo. Me dijo "mamá: por favor, date la vuelta". No recuerdo si nunca había dicho una frase de seis palabras, pero con seguridad no era común; menos una frase perfectamente construida que no estaba repitiendo. Usó toda su inteligencia para hacerme entrar en razón.
Mañana cumplo años, así que estuvo diciendo que mañana cumple años. Todavía somos una para muchas cosas. Cuando se hace pipí quiere que la abrace. Ha estado queriendo a cada rato que la duerma -especialmente cuando estoy ocupada-: que la cargue y le cante "a dormir, a dormir". Ahora que lo escribo me da miedo. Confío en que Dios se hace cargo de ella, pero quisiera que me dijera -Dios-: "va a vivir sana y feliz tantos años que será la más vieja de su ciudad".
Silvia Parque