En Bellas Artes lo conocíamos como "el judío", es una pena que no recuerde su verdadero nombre. Recuerdo que él era el encargado de hacer los escaparates de la librería (de la que tampoco recuerdo el nombre) que estaba al lado del Moma. El café "Moma" fue mi sitio predilecto mucho antes de que el gobierno lo cerrara, el último café que tomé en ese lugar tampoco lo recuerdo, pero sí recuerdo muchas tazas, muchos rostros con los que compartí, no recuerdo la ultima taza, el problema es que las recuerdo todas. La última obra/escaparate que "el judío" había hecho, era un huevo gigante con un hombre saliendo de el, en el huevo se encontraban dividiéndose por culpa del "nacimiento" lo que a simple vista parecían continentes: América Europa y África. Obviamente una representación 3D del "Niño geopolítico mostrando (¿o mirando?) el nacimiento del hombre nuevo" de Salvador Dalí. Todo tiene sentido cuando meditas conscientemente que este cuadro fue realizado en pleno 1943 ¡"El judío" era el niño! ¿O eramos nosotros el niño? Nosotros, los espectadores, los que juzgaban, los que le creíamos loco.

